Junto al Bar Avenida, en Alvar Núñez, este sitio, que no lleva mucho abierto, suele lucir vacío. Debe ser porque la gente del barrio es muy del barrio y prefieren«malo conocido que bueno por conocer». Aún así, parece que cada vez más se está animando la parte algo más joven del tardón a probar sus tapas. Yo me senté un día con un compañero de piso. Teníamos a unos magníficos y maravillosos albañiles en casa y lo tenían todo lleno de mezcla, polvo, arena, en fin… ni recordarlo quiero… Así que mi compañero me propuso salir a tapear viendo la situación del salón. Acepté y este sitio nos pilla muy cerquita. Me dio curiosidad y a la vez algo de pena(yo es que soy muy empática) porque siempre está la gente en el bar de al lado. La verdad es que tiene pinta de que va a ser algo más caro que el resto de sitios para tapear de la zona, y así lo es, pero no con mucha diferencia tampoco. Tienen una terraza amplia, porque desde que arreglaron la calle, la acera de ese lado es enorme. Además tienen un trozo con toldo y otro trozo de estas terrazas de lona que están cubiertas. Así que si hace frío y quieres estar en la calle pero sin que te sople el aire la comida, lo tienes fácil. Las tapas están buenas, aunque depende de lo que te pidas te lo sirven mejor o peor, cosa que tampoco entiendo. Si te pides lagrimitas de pollo, te ponen un platito con tres o cuatro lagrimitas que te miran con cara de pena, y si optas por carrillada, te sirven una tapa con la que casi puedes almorzar. Independientemente de las tapas, que están buenas aunque las pongan grandes o pequeñas de forma casi aleatoria, el servicio está bastante bien. El camarero es muy simpático y es rápido. Si estás por el barrio, no pierdes nada por probar, que las tapas del resto de sitios ya las conocemos todos.