Un clásico de Triana. Totalmente pasado de moda su interior, anclado en finales de los 70 del siglo pasado. Tiene una carta amplia y de corte clásico sevillano, una terraza agradable y no dejar de probar su’ SanJacobo’
Álvaro B.
Rating des Ortes: 3 Sevilla
¿Cuántos«bares Manolo» pueden existir en el mundo?, ¿cuántos de ellos están situados junto a la iglesia del Cachorro?, pues sólo este, y eso es lo que lo hace único y le da un toque peculiar a esta peculiar tasca situada justo al final de la calle Castilla. Su amplia acera es buena para salirte del bar con la cerveza y charlar al solito, y a eso es precisamente a lo que suelo ir por allí, cervecear aprovechando lo buena que está la cerveza de allí la amplitud de la zona. Recuerdo que hace cuatro años, estaba allí tomando cervezas con un amigo durante el célebre día en el que se celebró el debate entre Zapatero y Rajoy, contando Rajoy aquella historia de la niña que«tanto nos emocionó». El aspecto del local es un poco dejado, pero no se dejen engañar y pruébenlo, beban cerveza y tomen alguno de sus montaditos. El día clave del local es el Viernes Santo, día en que la vecina hermandad del Cachorro hace su estación de penitencia, mientras Manolo hace su agosto en pleno mes de abril. Vayan, tapeen y cuéntenme como les ha ido.
Paco P.
Rating des Ortes: 3 Sevilla
Yo se de uno que me contaron que en este bar de Triana le tocó una quiniela afortunada por la gracia del santísimo cristo del cachorro que vive al lado. Una peña de amigos que se cubrió de gloria hará ya casi diez años. Un domingo corriente y moliente de febrero, en el que en Zorrilla había pinguinos pidiendo frenadol, el Betis jugaba en casa y el Madrid empezaba su racha de despropósitos. Años mas tarde, fui a ese bar a buscar indicios que me probaran la realidad de lo que yo consideraba leyenda. Cuando llegué allí, no había nada anormal, ninguna foto de aquel día, ninguna prueba tangible de que allí se cumplió uno de los mayores sueños de la mayoría de los españolitos de a pié. El pleno al quince, dios Mío! Lo mas cerca que se puede estar del cielo sin dejar la tierra. Lo que más me sorprendió es que el bar tenía y sigue teniendo un cutre-look total, pienso que ya que el dueño fue uno de lo premiados, podía haber empleado parte del dinero en adecentar el local, y nada. Por el aspecto de la taberna, allí parece que nunca ha pasado nada parecido a un montón de dinero de golpe. Yo soy fiel al bar desde que supe esta historia, también desde que descubrí que las gambas al ajillo que son de primera, cocinadas con manzanilla, las mejores de Sevilla, dice mi Padre… Ups!