Vine a Maskalata por causalidad. La experiencia fue grata. En pleno corazón de la avenida de la buhaira, Maskalata ofrece una visión diferente de la gastronomía. En vez de platos, algunas tapas se sirven en latas, que de alguna manera, hace que veamos el plato de manera diferente, como la cantidad, la presentación y la variedad. Todo un acierto. El menú es muy muy variado, contando tanto el menú oficial como lo que ofrecen fuera de carta. Pedí Roque Dulce, raviolis de foie y boletus y hamburguesa de carrillada. Todo servido prácticamente al segundo y muy delicioso. Por 10 € te jartas a comer en Maskalata. En definitiva, servicio perfecto, cocina espléndida y menú completo y para muchos gustos. Maskalata es ideal para todos los públicos.
Ruben V.
Rating des Ortes: 5 Sevilla
Como siempre, la evolución de la Tata no deja de enamorarme, en este local, en la milla de oro de Sevilla en el barrio de Nervión, encontramos una mezcla más que interesante entre la Tata de toda la vida, esa que lleva haciendo las delicias de los sevillanos desde hace una eternidad, con el nuevo concepto de latas. Sobre la comida, poco que decir, genial como siempre, las papas con pollo Thai, insuperables, con su justo punto de picor, tiramos también de latas, en este caso de ensaladilla, porque lo creáis o no, comer en lata no es para nada un mal invento, y todo regado con un rivera que estaba espectacular. Con respecto a la decoración, sigue el estilo de la tata de siempre, aunque con un punto industrial que mola mucho, y por último, el trato, que como cada vez que voy a cualquier establecimiento de la cadena, se caracteriza por ser excelente. En resumen, si la Tata era un imprescindible, Maskalata continúa con el listón muy alto, gran calidad de productos y un punto innovador que se distancia de la «innovación» que se viene dando en nuestra ciudad últimamente, por lo cual, continúa como un clásico e imprescindible en esta ciudad
Silvia F.
Rating des Ortes: 3 Sevilla
A pesar de tener como eslogan en la pizarra«las tapas de la Tata metidas en lata» ellos mismos te reconocen que no es lo mismo. Digamos que es lo mismo pero no es igual, como diría mi padre. La cuestión es que a mis amigos y a mí nos encantaba La Tata, que estaba en este local, y hace no mucho vimos que nuestra querida Tata ya no estaba y en su lugar otro de estos lugares a los que les ha dado por meter toda la comida en lata. Y digo otro porque en la misma acera a poco mas de 5 minutos andando hay uno del mismo estilo. El caso es que el sitio no está mal, pero desde luego nada comparable al anterior. Son de los mismos dueños y los cocineros son los mismos pero, para mi gusto, han perdido con el cambio. Tomamos roquefort dulce(muy rico), patatas con pollo no se qué(jeje) que estaba riquísimo y unos ñoquis que dejaron mucho que desear, muy aceitosos. De precio bien y la atención buena también.