Metro Café del Río

Cada cierto tiempo, necesito pasear por la calle preciosa Betis. El viernes pasado nada más llegar y dejar nuestras bicis de Sevici aparcadas mi chica y yo reparamos en este Bar Metro, tiene que ser nuevo pues no lo habíamos visto antes.
Decidimos entrar a tomar un café y retomar fuerzas despuésd e tan larga pedaleada. Tenían pinta de que acababan de abrir hacía unos minutos, no había nadie en el local, pero por el movimiento de los chicos apresurándose para que todo estuviera listo pudimos ver que se preparaban para una larga noche.
El loca Es estrecho y tiene su barra a la derecha, es bonito, moderno y tenían puesta música por rock de los 90. Como todavía hacía sol nos sentamos en la terraza, que como todo local en la calle Betis tiene las mejores vistas de Sevilla.
Ya cuando volvimos a coger nuestras bicis de alquiler pudimos ver cómo el ambiente había cambiado por completo, la música y su volúmen, la iluminación, y ya había gente tomando copitas e incluso bailando.

Un local coqueto, con una barra amplia y una cabina de dj que nos encontramos en cuanto entramos en el local, así es Metro.
Tiene varios bancos en la barra y un par de sofás justo al lado de la entrada, esas son las únicas opciones para sentarnos que tenemos en su interior, por lo que no es un lugar muy recomendado para charlar. Al pasar por su puerta es muy probable que una de las camareras te detenga y te ofrezca copas baratas de determinadas marcas como reclamo para que entres, en este sentido son muy originales porque en lugar de un ticket suelen dar pequeñas piedras de colores.
La música está altísima y parece que siempre suena la misma canción, causando un peculiar «efecto Bershka», un bucle constante de «chunta-​chunta».
Metro está muy bien si vas de marcha con amigos, o si optas por sentarte en su terraza para mirar como se ilumina «la otra Sevilla» mientras te tomas una copa; o dos, o tres, o cuatro…

Ayer fue la primera vez que estuve en Metro Café del Río. Debe de ser nuevo porque no recuerdo haberlo visto la última vez que pasé por la Calle Betis.
El local por dentro no es muy amplio, pero hace su apaño como discoteca, durante la noche. Mientras pincha el Dj, unos focos verdes no paran de moverse y de vez en cuando te ves envuelta en una nube de sabor a chicle, de esas típicas de orquesta.
Las copas que rondan los 6 euros, son servidas por unos empleados agradables. En cuanto al ambiente de un viernes noche, es un poco pijo y mayor de edad por los pelos, pero no es nada agobiante y se puede bailar.
La terraza es cosa aparte. Con unas vistas estupendas de la ciudad, de las que da gusto disfrutar, está muy bien para charlar con los amigos mientras te tomas una copa. Yo personalmente, me quedo con la terraza.