Hace varios domingos, después de comer por los bares del centro seguimos paseando, nos tomamos el café y nos disponíamos a ir a alguna discoteca de tarde para tomar alguna copa pero en el fondo nos daba pena con el buen día que hacia meternos en un sitio cerrado, pero las terrazas tampoco nos apetecía y al pasar por la calle arfe dirección al rió nos encontramos que se ha puesto de moda los domingos por la tarde. Nos metimos en la Moncloa y nos pedimos la copa, de precio normal, nada cara y no paso ni dos minutos cuando estábamos todos en la calle copa en mano. Había un centenar de personas, es una pena que llegue el invierno y el frió y no podamos seguir disfrutando de la calle y nos tengamos que encerrar en los bares. La gente esta predispuesta a conocerse, cosa rara, y hablamos todo el tiempo con otro grupo que venían en nuestro mismo plan, nos reímos como hace tiempo que no lo hacíamos, aquel día decidimos que todos los domingos a esa hora tan tonta íbamos a ir allí, ni falta hace decir que no hemos aparecido mas… pero amenazamos con volver.
Soledad T.
Rating des Ortes: 4 Sevilla
A mí me gusta ir a Moncloa cualquier día del fin de semana por la tarde. A la hora tonta de la tarde. Cuando uno no sabe si tomarse un café o un cuba libre. Yo es que siempre ando dudosa, como Descartes. Hombre si mis amigos piden café yo voy a por el café, perdón a por café y a por una de sus tartas. Y poco a poco van cayendo. Cada uno con un trozo de tarta distinta, para aprovechar bien la merienda. Pero como al final nos acaban dando las diez de la noche, un viernes, el sábado no hay ninguno que tenga ningún compromiso y estamos en Moncloa agustísimo…Pues yo pienso: «¿Para qué voy a obligarme a elegir entre café o copa si puedo tener las dos?» Allá que voy y como las tartas vamos pidiendo una copa cada uno de distinto sabor. Por un día…
Laura S.
Rating des Ortes: 3 Sevilla
Hay un plan que va tomando fuerza cuando cruzas la barrera de los treinta años. Ese plan es el denominado, entre mis amigos, como el plan«de tarde», y tiene varias versiones según los días. El plan de tarde consiste en salir directamente del trabajo al bar, en este caso con tus compañeros de trabajo, o salir al mediodía con tus amigos, si estamos hablando de un sábado o un domingo. La finalidad en ambos casos en la misma, aguantar el tirón hasta que se aguante. El Arenal es una zona por donde se mueve la gente que hace plan de tarde, hay oficinas por allí y al salir pues muchos continúan en la calle Arfe, por el Postigo, y calles aledañas. Mi amiga Estefanía, es gran conocedora de este plan de tarde. Lo practica con la frecuencia adecuada como para conocer los detalles que diferencian a un bar de otro, bares que de un vistazo a mí, que no frecuento nada esta zona, me podrían parecer todos iguales y sin nada que ofrecerme. Esta es la razón por la que cuando pisamos zona Arenal me dejo guiar por sus consejos. Una tarde viernes la llamé, estaba con unos amigos en el café Moncloa. Afortunadamente estaba frente a frente de un bar en la calle Arfe que sí que conocía de pasarme alguna tarde de Navidad. Yo estaba con otro amigos comunes y nos dirigimos al Moncloa. Desde fuera era como un café cualquier, decorado para la ocasión y con una falta de luz que hacía presagiar que lo habían pasado del modo cafetería al modo«pub». Se estaban preparando para servir cubatas a gogó. Efectivamente Estefanía ya estaba con la copa, pero apenas había salido a la calle me apetecía algo más light. Me recomendó la tarta de galletas de chocolate. Yo muy obediente, y sabiendo de que seguramente llevaría toda la razón con su recomendación me la pedí. Era auténtica tarta de chocolate casera, realmente buena, ese sitio merecíà la pena sólo por esa tarta. Aún sueño co ella algunas veces. En cuanto a la bebida, me pedí «una manzanilla». El camarero, ya en la onda cubatas y bebidas alcohólicas, me dijo que no tenían creyendo que se refería a otro tipo de manzanilla, entonces pedí un menta poleo.