Obbio

Para mí, uno de mis sitios de referencia cuando salgo de fieshhhta.
Suele haber buena gente (a veces un poco extravagante), y la música que pinchan normalmente es indie, me gusta especialmente cuando «pincha» Ventura DJ. También en algunas ocasiones van famosetes (Guille Milkyway, los de Love of Lesbian, Mario Vaquerizo, Bimba Bosé, Alaska, …) a poner la música.
Además suelen hacer conciertos y otras actividades culturales como proyecciones de películas e incluso pequeños teatros.
Lo reformaron hace poco, especialmente los baños y la decoración, con circulos grandes que van cambiando de color, a mí me gusta.
Lo recomiendo para bailar un poco y beber algo :)

Referente de la noche sevillana. No hay un ambiente: hay mil, hay de todo. Un sitio ecléctico y divertido.

Si te gusta salir a tomar una copa y que sea de calidad, que te atiendan camarerxs guapos y simpáticos, encontrarte con gente variopinta e inquieta, escuchar música bailable de todas las épocas, asistir a fiestas y eventos divertidos y que todo esto dure hasta el amanecer, Obbio es una buena elección.
Hace tiempo que paso muchas noches de fin de semana en Obbio, y se ha convertido en uno de mis sitios favoritos de la ciudad. Entre sus clientes asiduos se encuentran personas de todo tipo, pero todas ellas muy especiales e interesantes. Un buen ambiente en el que sus dueños tienen mucho que ver, Miguel Muñoz y la siempre sorprendente Carmen Delso.
Además de todo esto cuentan con una interesante agenda de conciertos.
Sin duda un sitio de referencia en Sevilla que una vez encontrado es difícil abandonar.

Obbio se ha convertido en uno de los sitios más divertidos para terminar la noche del fin de semana y es que en Obbio es uno de esos sitios que te siguen sorprendiendo.
Obbio era antes un sitio más exclusivamente indie, pero desde hace unos dos año ha abierto su espectro, de modo que cada noche allí puede ser diferente. Por su cabina pasan djs de todo el país sin dejar de lado sus dos residentes: Max MacKay y Ventura, que te harán bailar pop, pop electrónico, indie… Estas sesiones son complementadas con las fiestas temáticas de La mujer barbuda, La Nuit Corazón de León (que organizo yo) y otros djs de la ciudad, como Caballero Pérez o la conocidísima DJ Stereofan. Pero Obbio también tiene citas especiales con djs-​celebrities, tanto del mundo de la música (Guille Milkyway, Los planteas, Bimba Bosé, Alaska, Mario Vaquerizo) o populares por otros motivos, pero siempre con la etiqueta de modernos colgando del cuello (David Delfín, Carlos Diez, Rossy de Palma…).
Obbio se ha convertido en una gran familia, a la que es fácil llegar y sentirse a gusto porque siempre habrá alguien conocido. El ambiente es desenfadado y tolerante, así que en Obbio puedes hacer lo que quieras siempre que no alteres el buen ambiente que reina. A este buen ambiente contribuyen mucho sus dueños, Miguel y la grandísima Carmen Delso (o DJ Yerbabuena), que tratan el negocio con cariño y son los primeros que se lo quieren pasar bien con los asistentes. Todo el equipo de Obbio hacen que el sitio merezca más la pena.
Por si fuera poco, Obbio no se conforma con ser un club para bailar y tiene una programación mucho más amplia, desde conciertos (por allí han pasado Javiera Mena, Los planetas, Alondra Bentley o Las nancys rubias) hasta teatro o cine.

Last night, I went to see a concert and dance at Obbio. I had a great time! The concert was full of energy and it’s a great space. The music was fun, ranging from Spanish rock to 70s classics to «Age of Aquarius» from Hair. Drinks were a bit pricey, 6 € for a rum and coke, 3 € for Budweiser. We arrived at 1am and didn’t have to pay cover, but those arriving later did.
Overall, it was a great space for dancing, with a fun alternative crowd. I highly recommend Obbio!

Anoche toqué en la sala Obbio.
Yo, igual lo sabéis si habéis leído algunas de mis reseñas, soy una persona que vive en una espiral de surrealismo crónico. Todo el rato me pasan cosas. El karma la tiene tomada conmigo y un antiguo compañero de piso sostiene que es porque en mi otra vida fui Hitler :(…él, de hecho, me llama Pritler.
En fin. Llego a la Obbio, está terminando de probar uno de los grupos. Esperamos y empezamos a probar nosotros. Me pidieron un acústico, así que íbamos un guitarrista y yo, con una acústica cada uno y ya está, voz y coros.
Hicimos la prueba. Todo correcto. Juan y Fran (los técnicos de sonido, que además son hermanos) simpatiquísimos. El escenario muy agradable y bonico (un poco pequeño para un eléctrico con formación de 5 personas, pero se cabe bien).
El chico que se encarga de los grupos, Jaime, simpatiquísimo también. Todo ok.
Pero, ¿qué pasa si te llamas Priscila y una prueba de sonido sale muy bien? ¡que luego pasan cosas! A lo mejor es que lo tengo muy reciente, tampoco quiero resultar «quejicosa» pero en fin…
Nos fuimos a cenar después de la prueba. Volvemos a la sala. No había mucha gente, así que nos dicen que esperemos unos 5 o 10 minutos para empezar.
Cuando vamos a empezar, subo al escenario, cojo mi guitarra, la voy a enchufar y ¡oh! pero, ¿qué notan mis pequeños dedos? de trastear probando y afinando parriba y pabajo, resulta que se me había aflojado la tuerca que sujeta la pastilla que hay dentro de la guitarra y por donde tengo que enchufar. Al yo tocar y ver que no estaba la tuerca, pasé el dedito por el agujero y sin querer, metí la pastilla para adentro. Esto, para traducirlo al que esté perdido con las palabras pastilla, agujero y tuerca, significa que ¡no se podía enchufar mi guitarra y por consiguiente no iba a sonar!
Casualidades de la vida. Un amigo mío entre el público, se había traído una pastilla de las que se colocan delante, en la boca de la guitarra, porque la mía me había dado problemas el día antes (pero de otro tipo). Salió del público y vino a poner la suya. pero, ¿qué pasa si te llamas Priscila, jodes la pastilla de tu guitarra y un amigo tuyo sale del público en plan vigilante de la playa a cámara lenta con otra pastilla en la mano… ¡qué no cabe en tu guitarra!
A todo esto, os podéis imaginar. El público sin enterarse muy bien de lo que pasaba. En el escenario, guitarrista, amigo con pastilla, técnicos de sonido, responsable de la sala y yo, ojiplática, pensando en contar chistes por amenizar la noche (porque la música estaba apagada porque ¡íbamos a tocar ya!).
No sé cómo ni de qué manera, cuando ya dábamos el concierto por anulado, o cuando planteábamos pedir una de las guitarras al otro grupo, la pastilla se puso en su sitio. ¡por fin!
Pero, ¿qué pasa si te llamas??? que no sonaba bien!!! por dios!!! me retiro del mundo de la música, ¿quién me manda a mi a meterme en esto? pensaba yo…
bueno, no os sigo relatando la historia de la pastilla de Esteban en la guitarra de Priscila porque finalmente pudimos salir del paso, aunque yo estuviera en un nivel de comodidad –1000.
El caso es que, a pesar de todos los problemas, de todos los imprevistos y de lo surrealismo de la historia, al final el concierto parece que gustó. Sonó bien y se escuchó bien.
Luego me quedé viendo al otro grupo que tocaba y comprobé desde fuera que sí, que la sala suena bien. Así que al menos, en lo que a mi experiencia se refiere, es un sitio totalmente recomendable para tocar allí. Pero no hagáis como yo y ¡llevaos guitarra de repuesto!

Nada más enfilar la calle Trastamara buscando la sala, te vas tropezando con grupos que han salido de ésta para «echarse» un cigarro, continuar una conversación o tomar un respiro antes de marcarse el último baile de la noche.
Nada más enfilar la calle Trastamara, ya intuyes porqué Obbio es referencia para el ambiente más moderno y con más gusto de la ciudad.
Y al entrar en la sala, la buena música y el buen rollo es lo primero que te encuentras. Muchas ganas de pasarlo bien con el petardeo musical, los clásicos de la edad de oro, la electrónica más actual, los diferentes dj invitados que cada fin de semana mueven a quienes llenan sábado tras sábado la sala. David Delfín es un asiduo.
Una de las salas más recomendables para los que buscan bailar los temazos de ahora y de siempre.

Obbio es mi pub-​discoteca favorito de toda Sevilla. Me encanta el ambiente, la música, el estilo… Llevo yendo a Obbio más o menos dos años prácticamente todos los fines de semana.
No tiene nada malo: la música es genial, sobre todo por la cantidad de DJ distintos que pasan cada fin de semana. Mis favoritos Max MacKay, Corazón de León o La Antonio Pincha. Genial cuando aparecen algunos fines de semana David Delfín, Alaska o Mario Vaquerizo.
El local no es ni elitista ni de ambiente gay, aunque tiene esa fama ya que, «haberlos haylos». Hay una gran mezcla de estilos dentro del recinto, desde pijos, pasando por fashionistas y acabando por gente tipo «pasaba por aquí».
También tiene una maravillosa agenda cultural que incluye exposiciones, conciertos y proyecciones de películas y cortometrajes, tanto de culto como de gente que está empezando.
Las copas, a unos 6 €, sin ser garrafón, cosa que se agradece. Gran variedad de marcas, tanto de bebidas alcohólicas como de refrescos. Falla, a mi parecer, la cerveza, porque, ¡no tienen Cruzcampo!
Ah, el último fallo…¡El baño huele fatal!
Pero todo se soluciona manteniendo una conversación, aunque muy bajito, que si no se enfada, con el carismático portero. Todo le llaman «el portero ruso», pero pocos saben realmente de dónde es…

Esta sala la conocí hace como unos diez años (o más) y podría contarte mil batallitas de cuando se llamaba «El Otro Sur», pero no te las contaré pues ahora «obbiamente» es otra historia aunque no muy diferente.
Podemos considerarla una de las salas favoritas del ambiente, aunque no está definida como tal.
La música electrónica es lo que prima, copitas el colegueo, el ji ji y el ja ja.
A mi me gusta ir sobre todo cuando pincha Caballero Pérez, dando un repaso a todos los estilos de todas las épocas y apostando siempre por lo bailón con mucho gusto.
Horario nocturno cómo no. A partir de eso de las 23h puedes asomarte, aunque entra en pleno apojeo algo más tarde. Cierre… pues 5−6h aproximadamente.
Última visita hace como un mes: elección de Miss Obbio, una noche divertidisima.

No me puedo creer que no tenga comentarios esta discoteca/​bar/​sala de conciertos. todo en uno. He estado allí muchas veces y todo porque los amigos con los que iba eran ‘fans’ de este sitio. Depende del día que la pilles te puedes sumergir en un ambiente de buena música o naufragar en la paranoia más absoluta. La verdad es que como siempre he ido en plan de ‘guasa’, al final me lo he pasado bien. Por la música que he escuchado (en los días que he ido claro) le doy las estrellas, por lo demás no sé si es el sitio que más va conmigo.