Me cogió esa época en Sevilla en la que las discotecas cambiaban siete veces de nombre en menos de una semana. Esa época en la que le decía a la Orange la NewPort aunque llevase dos años con el nombre cambiado. La gente me miraba de una manera tan rara que me hacía sentir tan mayor con menos de 23 años. Iba en ocasiones dos veces por mes y es que era el sitio de reunión perfecto para que se montaran las mejores fiestas universitarias. Sigue siéndolo, pero hace ya dos años que dejé de formar parte de ellas –desgraciadamente-. Aunque mucho menos que la visité por última vez. El sitio está muy bien distribuido y es muy confortable para estar. Normalmente no tiene gran aglomeración y se está de fábula. La decoración es muy elegante y cómo no, muy aranajada. La barra es amplia y no es muy complicado que te pongan una copa. No tienes que estar esperando esas insufribles colas para hacerte con una. Los precios no son ni caros ni baratos, del montón vaya. El local se empezó a poner de moda cuando prohibieron el botellón en Sevilla. Normalmente por esta zona no ponían muchas pegas los«locales» ya que como no hay residencias cerca, no se molestaba a nadie. Muchos universitarios usábamos La Palmera y La Raza de botellódromos improvisados.
MIRIAN R.
Rating des Ortes: 1 Sevilla
¡No habré bailado yo veces en Orange! Sí, bailado, porque la verdad es que ese tipo de discotecas tiene un público muy determinado: chicos y chicas de entre 18 y 21 años, y yo aunque por poco me salgo de esa media. Por aquel entonces, también tenía otra mentalidad, ya que cuando salía solo pensaba en discoteca, discoteca y por la noche no me divertía en otro sitio que no fuera de este tipo, incluso toleraba algún desplante que te hacía el portero de turno y todo por salir de fiesta. Ahora te puedo asegurar que no, voy a mil sitios antes de que me miren por encima del hombro. La discoteca es muy amplia y alargada, toda ella anaranjada; suele llenarse de universitarios los jueves, y la música es para darle de comer aparte: acepto que me pongan música comercial que al fin y al cabo es actual, pero es que alguna vez he tenido que escuchar allí Oliver y Benji. ¡Por favor! Mi plan de los jueves era el siguiente: Solía hacer botellón justo en el parque de enfrente y si había comprado la entrada de fiesta universitaria para Adn, entraba allí(ahí si que te ponían pegas), y si no, entraba en Orange. Recuerdo una de las veces, en uno de esos momentos que una tiene de subidón, que me subí a uno de los podiums que había, estaba yo en mi salsa, cuando me zarandea una chica intentando llamarme, me agaché para que me contara y me dijo que llevaba la etiqueta colgando del pantalon, a modo de cola, jeje el momento subidón se fue de golpe, ¡que vergüenza! A ver reconozco que allí me lo he pasado bien, estaba en esa edad tonta.