Modesto, pero muy limpio y apañao, si vas solo por pocos días, no quieres gastar y estar en el centro, está bien, eso sí prepárate a subir unas escaleras de vértigo(literal) y subirlas no es nada, pero bajarlas con maletas, es deporte de riesgo! Si quieres por 2,80 € tienes un desayuno bufet muy casero y café y té las veces que quieras durante todo el día. Yo utilicé un baño compartido en la tercera planta, siempre estaba limpio y con el dispensador de gel(olor chicle) siempre lleno, también tenía secador, detalles que sorprenden con la estética de «andar por casa» del sitio. Mención especial al personal, sobre todo a Oleg, muy simpático y resolutivo, también el chico(no eran horas para presentaciones) del turno de noche, que a cualquier hora te recibía con una sonrisa! Volveré seguro, pero a la primera planta!