Puerta del Sol

La primera vez que fui a este bar fue una Nochevieja de hace tropecientos años. El bar acababa de abrir y ofrecía una fiesta de cotillón bastante buena si tenías entre 15 y 18 años, claro. Yo fui con mi hermana, mi prima de Madrid y unos amigos. Aunque yo era mucho más pequeña pero mi cara y mi cuerpo no se correspondía con mi iedad, en la fiesta que me planté. ¡Y me pedí hasta un cubata!
El bar era enorme, con varias plantas y un patio interior enorme. Con el paso del tiempo, parece que ese bar ha desaparecido para aparecer otro que, lo más increible de todo, es que parece más viejo todavía. La entrada al bar es una puerta que si no te fijas no la vez, porque más que otra cosa, parece la entrada de una casa, pero la puerta está llena de carteles que anuncian clases particulares, de flamenco, de pintura, exposiciones… Al entrar hay una barra grande, una tele siempre puesta y el patio lleno de mesas.
Aunque se ha convertido en un bar de gente del barrio me da la impresión de que el local ha perdido parte del encanto y que debido a su ubicación y su tamaño se podría haber aprovechado muchísimo más.

Esta ubicado en la calle Sol, no es exactamente lo que parece, cuando entras crees que es un bar muy pequeño ya que la entrada no es muy grande y esta entre dos casas, pero cuando entras dentro ves que es enorme.
El bar se caracteriza por una barra muy larga con un escenario en el fondo, pero no muy alto, y unos cuadros de flamenco y dos mantones colgados, estilo café cantante antiguo, y diréis que tiene que ver este bar con un café cantante, pues el bar dos veces a la semana hace flamenco y esta muy bien porque normalmente son chicas que están aprendiendo y viene a verla todo el mundo que las conoce, normalmente es muy divertido, he ido varias veces porque conocía a las chicas y todo el mundo sale el fin de fiesta, es un flamenco mas terrenal y sientes el flamenco como algo mas tuyo.
En cuanto al bar me encanta el trato de los dueños, tanto José Antonio, como Eduardo, son encantadores, nunca tienen una mala palabra, siempre tienen una sonrisa y son muy educados. Si necesitas algo solo tienes que pedírselo.
El bar esta en una de las calles con mas historia flamenca del mundo, aquí vivió Lola Flores y un sin fin de artistas. Para comer muy buenos los montaitos y tiene una cerveza estupenda.

Si dieran un Oscar de Hollywood a la persona mas buena gente del mundo no dudes que Jose Antonio, el propietario y su hermano Eduardo estarían nominados todos los años. Son conocidos por ese motivo en mi barrio.
La fachada del local se limita a una gran puerta y un balcón encima, fachada de menos de tres metros de ancha y cuando entras te das cuenta que nada es lo que parece. El bar que tiene una reforma reciente llama la atención a gran barra que tiene a la izquierda y después una gran sala donde dos veces en semana hacen flamenco, aquí nunca veras a grandes bailaores ni grandes cantaores, en este bar es donde los estudiantes se atreven a bailar la primera vez en publico, no conozco a ningún bailaor ni bailaora que antes de pegar el gran salto a salas mas grandes o tablaos no haya bailado aquí para sus amigos.
No tiene una gran carta de tapas, pone montaitos y desayunos. La cerveza es de la marca favorita de los sevillanos. Cuando has ido cuatro veces te das cuenta que la clientela son los extranjeros estudiantes de flamenco y su clientela propia del barrio que como se conocen todos se forman debates en voz alta donde todos participan, el motivo de debate cualquier cosa que esten poniendo en ese momento en la tele.