Geniales las tapas. También cuentas com raciones y medias. Cocina elaborada. Buena carta de vinos. Volveremos seguro. Sitio muy agradable. Si viene en coche ir al parking no merece la pena buscar aparcamiento por la zona. Es complicado encontrar aparcamiento
Pablo Galavís R.
Rating des Ortes: 3 Sevilla
Inaugurado el pasado miércoles 26 de marzo en un rincón de la calle Pureza esquina con calle Fabié. Un rincón que desde pequeño he recorrido y creo que han aprovechado el espacio a las mil maravillas, un bonito local con una gran idea de dos hermanos, tras dos negocios en Burguillos y Las Pajanosas y que por fin han dado el paso para ofrecer su gastronomía en la capital. El nombre no puede ser más acertado, tiene gancho y está muy vinculado con la ubicación del bar, en la trianera calle Pureza. ¿Qué ofrece este bar que no ofrezcan otros en Triana? bueno, por norma general este barrio se ha caracterizado por ofrecer una gastronomía más tradicional, el bar Pureza busca darle un aire renovado a los bares de la zona con una propuesta mucho más vanguardista. Su interior se divide en dos espacios que separan claramente los ambientes. Una zona de mesas altas con taburetes, ideal para tomar unas tapas entre amigos, y otra zona con mesas bajas y más elegante que hace de restaurante. La decoración es sobria y elegante, colores muy planos y pizarra con platos y vinos de la carta con una tipografía bastante Script. En cuanto a la carta se divide en tres: ‘Un buen comienzo’, ’ tapas y platitos’ y ‘para los más golosos’. En ella te encontrarás desde platos más tradicionales como las chacinas, hasta tapas más elaboradas como el pulpo ‘à la pureza’, los langostinos crujientes con mahonesa de albahaca o el salmorejo de frutos rojos. Probé el tataki de atún con tomates aliñados, que estaba algo seco y no me gustó mucho, los chipirones braseados con salteado de gulas y langostinos al ajillo, bueno de sabor aunque eché en falta una salsa que potenciara el producto, crujiente de pollo con mahonesa tailandesa, quizá lo que más me gustó, y risotto de boletus con foie, que de sabor estaba bueno pero el grano bastante duro. No probé ningún postre pero sí un Gin Pureza, un excepcional Gin&Tonic de Brookmans con tónica abbondio en una copa previamente criogenizada gracias a la máquina Arti Cube. Una auténtica pijería, pero cuando la máquina empezaba a criogenizar y salía una potente luz azul eléctrica junto a un humillo espectacular todo el bar se giraba con ojos de deseo. Mi opinión final es que habrá que darle otra oportunidad pero de momento no me ha sorprendido en nada y creo que hay mejor sitios en Triana para comer. Están empezando y seguro que mejoran, desde mi opinión venden gastronomía normalita a precios de lujo. La cantidad en los platos no es la adecuada teniendo en cuenta su precio, y pese a que casi todos los platos estaban buenos les encontré que a casi todos les fallaba algo. PD: no me preguntéis cuánto me costó el Gin&Tonic, no quiero recordarlo…