Repsol

La Repsol de Capuchinos es un punto de referencia en la ciudad. Todos hemos claudicado alguna vez y repostado en esta estación de servicio en pleno corazón de Sevilla, pese a sus precios. Yo, a nivel personal, estoy muy en contra de las gasolineras de autoservicio porque cada vez tienen precios más abusivos y menos calidad para el cliente. Dentro de poco nos cobrarán en los restaurantes antes de ponernos la comida por delante… ah, no, que eso ya ocurre.
Pese a todo, se trata de un sitio donde abastecer el coche con lo básico o lo innecesario, dependiendo de si necesitas gasolina o aceite, o bien optas por revistas, películas o incluso comprar el pan. No es el sitio al que iría cada día, pero supongo que para un apaño puntual pues se agradece que haya sitios así, abiertos casi 24h al día.
Lo que no termino de entender es que nos cobren por usar el aire comprimido para llenar las ruedas. Todavía recuerdo de pequeño cuando podía ir a cualquier gasolinera a llenar las ruedas de mi bici o la pelota y no te ponían impedimento. Ahora te cobran 50 céntimos por poder poner tus ruedas a punto, un servicio que otras gasolineras (incluso de la misma marca) es, ha sido y debería ser siempre gratuito.
Dentro del mismo solar hay una cafetería, una lavandería, un lavadero de coches y venden bomonas de butano.

Gasolinera en plena ronda histórica de Sevilla.
Aparte de su perfecta localización, es bastante amplia, y cuenta con túnel de lavado de coches, zona para aspirar el vehículo por dentro, y la típica máquina para llenar las ruedas.
Además, en la misma gasolinera, existe un bar así como un establecimiento de lavandería (a lo americano de las pelis).
Cuenta con bastantes surtidores de gasolina, e incluso aparte existe un par de ellos para ciclomotores que no necesitan pasar por caja, sino insertando monedas en el mismo surtidor (mejor que tener que esperar a que llenen el depósito de un 4×4 si tu con 2 € de gasolina vas para un rato)

Salgo con el coche del garaje y empiezo a conducirlo, cuando me doy cuenta necesito gasolina, tengo el piloto encendido, lo que me pasa siempre que hasta que no veo la luz no me doy cuenta, como voy por la calle feria, lo mas cómodo es girar a la derecha y llegar a la gasolinera de la ronda de capuchinos.
La gasolinera es como todas las de Repsol, no tiene ninguna característica diferente, pero si es verdad que en esta tardan muy poco tiempo en atenderte, hay muchos empleados y el servicio es muy rapido. Ademas tiene muchas prestaciones, desde un tunel de limpieza, donde algunas veces meto el coche, hasta una zona para llenar las ruedas de aire y donde tambien hay agua.
Dentro de la gasolinera venden muchas cosas que me encanta cuando viajo, gomitas, dulces, agua, papas y muchas cosas que aunque sean muy caras pero son una forma de entretenerse en los viajes.

Esta es la gasolinera que voy con mi Vespa, esta abierta a cualquier hora y tiene un pequeño supermercado donde alguna noche que me ha dado bajón he ido a comprar chocolates y pasteles.
Me daría pena que la quitaran porque me pilla de paso cuando salgo de mi casa pero seguro que sacaran alguna ley diciendo que las gasolineras no pueden estar en medio de las ciudades y las quitaran todas. Desde hace muy poco tiempo esta gasolinera dispone de una pequeña cafetería, abren muy temprano y cuando salgo a las 6.30h para trabajar algunas mañanas ya me puedo tomar allí el primer café.
Una cosa que me gusta de esta gasolinera es que tiene surtidores de monedas, no tienes que esperar cola para que te cobren, echas las monedas y repostas, mas rápido imposible.
Han puesto también en la gasolinera, frente a la cafetería una lavandería con grandes lavadoras donde puedes lavar hasta edredones, también de monedas a la americana, pero nunca veo nadie dentro, no se si abra tenido éxito pero ideal para lavar las cosas que no caben en las lavadoras normales.

Es mi gasolinera, no por nada en particular, sino porque vivo en la Macarena y es la que me pilla a un tiro de piedra de mi piso.
Pese a que su situación es un poco extraña, en mitad de Ronda de Capuchinos y en un pequeño hueco donde confluyen tienda, tanques de gasolina y lavacoches; es muy útil para evitar desplazamientos largos cuando tu coche te pide alimento. Los empleados son bastante amables y rápidos (aunque parezca mentira). No tardarás mucho en repostar y marcharte con tu cuatro ruedas a otro sitio.
Aunque carece de las zonas de lavado con chorro a presión, sí que me hace gracia el paseito del lavado mecánico, dándole la vuelta a toda la gasolinera (a mí me recuerda el tren de la bruja de la feria, pero con más escobas y más grandes). Cuando están todos los rodillos zimbreando tu coche y no ves nada por los espejos, me gusta poner la música alta y relajarme (es mi particular meditación). Por cuatro euros te dejan el coche como el sol y yo salgo con una paz celestial.
Es mi gasolinera, pero lo mismo un día que tengas estrés te la presto.