Richi

Casos prácticos en los que echar mano de Richi:
Caso 1.- Es fin de semana, te has levantado tarde –los motivos guárdatelos que hay niños delante-​, la una y media de la tarde, para ser más exactos, tienes más hambre que Carracuca, no tienes nada que echarte al estómago y estás empachado de pizzas y enchiladas y perritos calientes y montaítos varios. Llamas a Richi, le encargas un pollo, unas patatitas, y listo Calixto.
Caso 2.- Martes, 13,45 horas. Estás tan tranquilo escribiendo comentarios en Unilocal,cuando suena el teléfono. «Oye, escúchame una cosita que te iba a decir… acuérdate que hoy van mis hermanas y mis padres a casa a comer, mis hermanas con los respectivos, acuérdate, y no sé si al final se apuntará también mi tía… ¿Sabes si tenemos algo congelado, así, que llene, que descongele rápido y se les pueda poner a éstos? Si no, ve poniendo unas tapitas y ya improvisaremos… Un beso». ¡Tela… Encima, un beso.
But, don’t worry, be happy! Ante todo, calma, mucha calma, mantén la calma.
¡¡¡Richiiii, te necesitoooo!!! ¡¡Ponme dos, no, tres pollos, con mucha salsita, eh, y sus respectivas tres de patatas fritas, o cuatro, una ración de ensaladilla, no, mejor dos, tres ponme tres de ensaladilla, dos tortillapapas, o mejor tres, dos de arroz, que sean tres, un par de paquetes de aceitunas, tres mejor, y dos huevos duros… que sean cuatro!
Y quizás me quede corto. Porque, ¡no veas cómo come mi cuñao…
Hay más casos prácticos. Tantos como modelos de familias y personas humanas, animales o cosas. Para todos ellos, para todos nosotros, siempre nos quedará Richi.