Hasta ahora pensaba que el mejor kebab de Sevilla estaba en la Macarena, donde lo ponen gratinado en un local de Dr Fedriani. Pero el otro día pude venir a comprar un durum a este establecimiento, del que siempre que he pasado por la puerta no me ha dado buena espina(¿alguno lo da? xD) y nunca había tomado la decisión de probar. Craso error. Gracias a mi amigo Luis, que decía que aquí están los mejores que él ha probado, y tengo que darle la razón. No sé si será el tipo de carne, el «aliño» que le ponen o lo que sea, pero está mucho más rico que lo que había comido hasta ahora. Eso, incluso habiendo estado en Alemania en repetidas ocasiones y probado los«auténticos» kebab turcos de la señora Merkel. No sé cómo sería este local en 2011, de cuando son muchas de las reseñas que aquí leo, pero desde luego en la actualidad son productos sabrosos, bien contundentes y a un precio más que acorde a lo que se está pagando. Tanto, que de los cuatro durum que compramos esa noche, a tres nos costó terminarlo junto con el resto del menú(patatas fritas), así que de insípido o pequeño nada, que a mí me gusta jardar como al que más y soy bastante adicto a los durums
Luis A.
Rating des Ortes: 5 Sevilla
¡Todas las estrellas para mi Kebab favorito! Pues eso, desde hace unos años tenga cierta adicción a los kebab, quién me lo diría cuando hace unos pocos años más lo probé y no me gustó ni un poquito. Aquí no hay opción de comerse el kebab en el sitio, vamos, a no ser que te sientes en el escalón de la puerta. Tienen cómo tantos kebabs, los típicos menús y yo suelo ser fiel a mi menú durum mixto, pero hay otras opciones, incluso a veces tienen pastelitos y alguna cosa, pero yo no suelo salirme de mi pedido habitual. Siempre con alguna bebida fresquita y con las patatas bañadas en salsa yogur, que está muy rica, por lo que siempre pido un poco más de salsa en el kebab. Desde hace tiempo tengo la manía de comprar la comida allí y tomármelo en la Expo tranquilito charlando con la gente a la que haya engañado. Así que si queréis os dejo que hagáis mi plan de kebabs y charlas en la Expo. Unilocalcomendado :D
Pedro R.
Rating des Ortes: 2 Sevilla
No hay duda: es el peor sitio de comida turca que puede existir en la ciudad. Muchos se tirarán de los pelos ante estas palabras pero es cierto. Ni el kebab ni el falafel están buenos, es más tienen poco sabor, y encima los tamaños son pequeños, de esos que en tres mordiscos te has comido y aún continúas con apetito. Sus defensores seguramente serán gente hambrienta, que vienen de fiesta o las dos opciones anteriores a la vez. No hay que dejarse engañar por los condicionantes porque conduce a errores y hace que nos imaginemos cosas que no son. Lo único positivo son las patatas fritas con salsa. Un buen remedio para matar el hambre a base de un euro y medio, precio inmejorable para ponerse hasta arriba de papas. Es lo único que consumo en este local tras salir escarmentado por dos experiencias anteriores y quedarme con hambre. Al menos tienen precios bajos pero a costa de un sabor poco conseguido y tamaños reducidos.
Clara M.
Rating des Ortes: 4 Sevilla
No sé si es porque siempre los cojo con hambre o porque en mi estómago hay mucho alcohol por ahogar cuando los devoro, pero para mí en Shalimar hacen los mejores kebab de Sevilla. Bien es verdad, para ser fieles a la verdad, que hay muchos y estoy lejos de haberlos probado todos. En cualquier caso, este no es un kebab cualquiera. De los pocos negocios de la zona que aún te sirven algo de comer aunque sea tarde, sirven la comida con mejor relación calidad-precio cuando ya ha pasado la hora de cerrar cocina. Además, me han sacado de más de un apuro(o me han librado de cocinar un día de pereza o cansancio máximo) cuando he comprado uno de camino a casa. Lo que me gusta particularmente de este local es que no escatiman con la carne en el pedido y nunca se equivocan con la comanda. Aunque no es el más barato, aún no he encontrado otro kebab en la zona tan bueno como este.
Patricia M.
Rating des Ortes: 4 Sevilla
Casi siempre me sabe rico, porque casi siempre tengo mucha hambre cuando vamos. Es tarde, está todo cerrado para cenar, tenemos hambre, muuucha ¿dónde vamos? Aquí. Y ahí nos ves, una de tantas, lloviendo, de pie bajo el paragüas, saboreando el manjar… Y de pronto me entra todo el agua por la espalda porque, con tantas cosas en las manos, me has metido la puntita del paragüas por el abrigo ¡La madre que te parió! Y venga a reirnos. No es el mejor de la ciudad, y desde que abrió ha subido los precios poco a poco… pero está ahí, abierto cuando más lo necesitas, y eso, a veces, lo es todo. Hace unos días conocí un poco más a uno de los dueños, cuando fui a dejar el pañuelo verde de Eva, que me dejó una noche de repentino frescor. Ella trabajaba, yo pasaba por la zona y el chaval se prestó a custiodarlo amablemente hasta su vuelta a casa por la noche.