Tecnimac

La primera vez que acudí a este establecimiento fue ya hace algunos años.
Os pongo en situación. Vivía en Madrid. En la cena de navidad de la empresa en la que trabajaba, una multinacional, sorteaban un viaje al caribe. Yo acudí un rato, y en cuanto saludé a los jefes y tal, me fui a casa pues trabajaba al día siguiente. Al llegar a la oficina, todo el mundo comenzó a felicitarme, yo sin saber de que iba el asunto. Al rato me convencieron de que, a pesar de mi ausencia, me había tocado un viaje a la República Dominicana con todos los gastos pagados.
Tenía derecho a llevar a un acompañante, y elegí a un amigo de aventuras. Él, en reconocimiento a mi gesto, me regaló un ipod. Por aquel entonces no eran fáciles de ver por España, ni de arreglar. Una vez de vuelta en Sevilla, el aparato se estropeó, y encontré este establecimiento especializado. El dependiente desde un primer momento me pareció muy atento y conocedor de su oficio. Se lo llevaron y me lo repararon en un par de semanas. Resulta que hablando nos dimos cuenta de que estuvo estudiando en la clase de mi hermano mayor en el colegio
Desde entonces he ido varias veces, siempre para arreglar el ipod, lo que han hecho con probada eficiencia. Aún sigue dando guerra, aunque parezca ya un dinosaurio en estos tiempos en los que todo se queda obsoleto tan rápido, cumple su función de poner banda sonora a mi vida