Nunca había reparado en esta heladería de la Alfalfa, supongo que, aparte de que no paso mucho por este sitio, tampoco es que tenga mucha fama. Me llevó un amigo después de encontrar que nuestra primera opción estaba cerrada, y, resumiendo mi reseña desde el principio, no me ofrecieron muchos alicientes que me hicieran pensar«volveré algún día». Para empezar, como es habitual en este tipo de locales, acudí en una tarde de especial calor, en verano. Tengo que felicitar a la chica que atendía al público de que no se desmayara, con el calor que hacía dentro y sin el aire acondicionado puesto. Fuera ya hacía calor, en la calle, así que imaginad si te metes en un local sin ventilación(no pasa corriente), es un invernadero. Cuando salí con mi granizado, me bajaban varias gotas de sudor por la cara. El granizado estaba muy bueno, y también probé 3 o 4 cucharadas de un yogurt helado y también estaba muy bueno. El precio, caro. Hay alternativas cerca que me gustan más.
Txema M.
Rating des Ortes: 4 Sevilla
El calor azotaba implacablemente. Los chorros de sudor recorrían nuestras espaldas y frentes y el ambiente se bamboleaba al ritmo de las chicharras por el centro de la ciudad. Como un oasis en el desierto, en la Alfalfa, apareció el luminoso de Yogurtlandia, un local con climatización, yogures helados, granizadas y smoothies para casi todos los gustos. Nos salvó de una deshidratación casi segura. Exageraciones y metáforas a parte, lo cierto es que este local nos ofreció un buen rato de aire acondicionado, fruta líquida y fresquita que sentó como venida directamente concedida por un deseo a un genio en una lámpara mágica. Luego despertamos de la realidad y nos cobraron 3,50 por cada bebida, pero en ese momento mereció la pena…
Soledad T.
Rating des Ortes: 1 Sevilla
Fui al Yogurtlandia de la calle Candilejo. Y vaya estafa. Sí un helado de yogur. No tiene más misterio.
Lo malo vino cuando pedí que me lo pusieran con el sirope que tienen de «kinder bueno». ¡Anda que se iba a arruinar por ponerme un poco más que una punta de cuchara de café!(¡se iba a arruinar él antes que yo con lo que me cobró por el puñetero sirope y su tan original helado de yogur!) Intenté que no me lo cobrara como doble sirope(que es lo que pretendía e hizo). Sí pude ser ruda, pero más necio es el que hecha piedras sobre su tejado. Y lo de siempre, que el cliente no siempre lleva la razón, pero es el que da de comer(cuando se trata de comercios). Mejor es ir a una heladería artesanal que tengan helado de yogur. Porque esto es como lo que dice el refrán: «comprar a un argentino por lo que vale y venderlo por lo que él dice que vale»
MIRIAN R.
Rating des Ortes: 4 Sevilla
La primera yogurtería que conocí en Sevilla fue Yogurtlandia, a través de una amiga que es igual de golosa que yo. En este local, el yogurt natural helado es la base. A partir de ahí, tu puedes echarle tooooodo lo que te de la gana o estés dispuesto a comer. ¡Todo un paraíso para el que le guste el dulce! A mí particularmente, mer gusta añadirle Nutella y conguitos, sí reconozco que soy un poco exagerada, pero también le puedes añadir cosas mas sanas como frutas, zumo y frutos secos. Los precios rondan los 2,50 y los 5 euros, pero depende del tamaño del vaso y de lo que vayas a echarle. El local, aunque colorido a tope, es solo para comprar el yogurt, pues no hay espacio, así que lo mejor es pagarlo y comértelo mientras das un agradable paseo por el centro. Si bien el yogurt es la especialidad de la casa, también tienen creps, gofres, chocolates y batidos.
Ángel A.
Rating des Ortes: 5 Sevilla
Te lo digo desde ya mismo: la mejor yogurtería de Sevilla es Yogurtlandia. Que sí, que los demás tienen bastante mérito, pero ésta es para mi gusto la que reúné todos los buenos requisitos de un yogurt helado: calidad, variedad y precio. En el local no caben más de 4 ó 5 personas, pero la atención es rápida y muy amable. El yogurt va servido en un vaso(hay distintos tamaños, ¡coge el grande!), de manera que nunca caen los toppings por ninguna parte, se ve más fácil de servir y diría que casi cabe más cantidad. Para el acompañamiento me gusta ponerle frutas al fondo(mango, fresa o kiwi), y por encima los frutos secos y el chocolate blanco, negro, en bolitas,… Y ya cuando me lo entregan no sé cómo será mi cara porque no me veo a mí mismo, pero fijo que parezco un niño chico. Genial.