Cerrajería y Automoción Charol

Metafóricamente, Marcelino, me salvó la vida. Literalmente me ahorró un montón de dinero, tiempo y frustración. Este chico es un crack, una persona muy despierta e inteligente que ha desarrollado sus habilidades electrónicas e informáticas por sí mismo. Un autodidacta que clava lo que hace: me reprogramó la segunda llave del coche (había perdido la principal) en un domingo y me proporcionó otras dos de repuesto. Todo en menos de dos horas, en un pueblo casi perdido de Cantabria.
Lo que ocurrió es que en un viaje a Santander siendo sábado por la tarde perdí las llaves del coche en la playa de Somo (una playa que tiene 4 km por un lado y 3 km por el otro). Sin la otra llave que me sirviera de apoyo yo no sé la cantidad de veces que me recorrí arriba y abajo la playa buscando unas llaves que evidentemente no aparecieron para mi disgusto. Ya de noche cerrada regresé a donde me alojaba pensando qué podría hacer en domingo para solventar la situación: pedí a un amigo que fuera a casa, buscara la segunda llave y me la enviara por correo urgente. No parecía mucho problema.
Al día siguiente recojo la llave de repuesto en un polígono industrial en la nave de Seur. Voy hasta donde estaba el coche. La llave abría el coche pero no arrancaba, estaba desprogramada. Arg.
Tanto mi seguro del coche como la asistencia del fabricante del vehículo se portaron de maravilla tratando de ayudarme a solucionar la situación y, ambos por separado, tras buscar durante más de dos horas posibles soluciones, me proporcionaron dos números de teléfono de personas que podrían reprogramarme la llave allí mismo, en domingo, sin necesidad de dejar el coche en ningún taller. Llamé a los dos. Al final resultó que los dos números pertenecían a la misma persona.
Flipé cuando le ví trabajar entre tanta máquina electrónica, en un pueblo de Cantabria un tipo que es un crack y que empezó a trabajar en mi problema desde el primer minuto. Abrió la centralita, leyó los datos, reprogramó, hizo la llave. Hizo otra llave, charlamos, cerré la centralita y en hora y media yo tenía mi coche denuevo funcionando (me tuvo que llevar una grúa hasta allí, claro) y dispuesto a realizar mi viaje de vuelta a Madrid pues era mi útlimo día de vacaciones.
Lo dicho, este chico es un CRACK. Conocer a personas así de humildes e inteligentes es uno de mis deportes favoritos, si además, me resuelven un PROBLEMÓN como el que tenía… para qué más. Bravo.