Tapas excelentes y de calidad ideales para compartir. El sitio es muy pequeño y lo tienen muy aprovechado por lo que las mesas estan muy juntas y hay poca privacidad.
Luisa R.
Rating des Ortes: 4 Hospitalet de Llobregat, Barcelona
La Cava es un restaurante informal, pequeño, bien distribuido(siempre y cuando no busques intimidad), moderno y con un servicio amable, rápido y organizado. Unas pizarras grandes describen su oferta: platos, bocadillos y tapas bastante elaboradas para picotear algo. Pero a mediodía ofrecen el llamado plato del día por menos de 8 Euros que prácticamente es un menú, ya que se compone de un entrante a escoger, un plato principal, postres pan y bebida(agua, vino de la casa o cerveza). Increíble ¿verdad? Nada más sentarnos, traen la ración de pan, un par de rodajas de tamaño medio tirando a grande y, al haber escogido vino, también nos traen gaseosa. Seguramente un «vi de la terra recio» pensamos. Y así fue. El día que fuimos podías escoger entre dos entrantes, y decidimos probar y así compartir los dos. Ensalada verde y Mejillones a la marinera. La ensalada llevaba cebolla, tomate, espárragos, olivas y una rodaja de manzana que contrastaba en sabor. Ligera y ya aliñada con una vinagreta con un toque de miel bastante buena. Producto de la tierra y fresco. Simpleza en la combinación, que no necesariamente es síntoma de desidia. No le hicimos ningún desprecio a esta ensalada que era bastante completa. La ración de mejillones a la marinera de un tamaño correcto para una persona. Tened en cuenta que hablamos de un entrante, un primer plato, por lo que el número de mejillones era suficiente. Bien hechos, casi todo el pan que nos sirvieron se nos fue en «hacer barquitos» en la salsa, que estaba de vicio. Muy buenos. Los platos del día principales eran Arroz Mar y Montaña, Pulpitos con Guisantes o Calabacines rellenos. De los tres, elegimos el arroz y los púlpitos. Tremendo arroz! Estaba buenísimo, la ración abundante, sabroso, en su punto y con los tropezones bien notables. Realmente estaba muy bien hecho, digno de cualquier restaurante arrocería. Al probarlo, nos deshicimos en elogios, y no merecía menos. Si váis y está como plato, no lo dudéis, escogedlo! Los pulpitos también fueron extraordinarios. Guisados con guisantes y cebolla bien pochada estaban tiernos y sabrosos. La ración también generosa. Quizá por eso lo del«plato del día». Cada uno de estos platos principales lo compartimos y salieron dos raciones de cada uno que hubieran sido como la de cualquier segundo de menú diario en otros sitios. Por lo que observamos en las mesas que nos rodeaban, es habitual que los clientes compartan. Seguramente son habituales que conocen como funciona. Para nosotros, fue nuevo y sorprendente. Y seguimos con los postres, que estaban incluidos. Se podía escoger entre Yogur, Helado, cerezas o Mató con albaricoque. El helado, que fue uno de los que escogimos eran tres bolas en esta ocasión de nata. Hay que decir que el helado era normal, seguramente industrial no hecho por ellos, pero estaba bueno y era suficiente para rematar la comida. La otra elección fue el Mató con albaricoque. El albaricoque no era fruta fresca, sino más bien una mermelada que combinaba muy bien con el mató, siguiendo la tónica habitual de mezclar este requesón con algo dulce para que le de sabor. Nada de sofisticación en los postres, sencillos y fáciles de servir, seguramente para asegurar la agilidad en el servicio. Muy buena opción, dejando así a todos los comensales contentos sin excesos de espera. Una visita relámpago que se nos ha quedado grabada y que si vamos por la zona seguro que repetiremos. Dos turnos a mediodía para las comidas y según supimos, cenas informales de tapas y platillos a compartir por la noche. Alguna mesa alta para hacer el ambiente más distendido y poder tomar algún vino por copas. Wiffi para los clientes y una relación calidad precio fuera de lo común: La comida del«plato del día» y los cafés no llegó a 20 Euros los dos.