Maigmó

Muy buen arroz con bogavante, de los mejores arroces caldoso de bogavantes que he probado, el pulpo a la braza es genial, los camareros son muy atentos y serviciales, el precio para mi esta ajustado a la calidad del producto. Por poner una pega es la cantidad de comensales lo cual recomiendo ir pronto.

El sitio por fuera no le hace justicia a lo que se cuece dentro. Todo lo que he comido ha cumplido mis expectativas, que nacen del buen concepto que tienen de él mis amigos.
Efectivamente *no* es un bar de carretera.
La carta tiene todo lo que uno puede esperar de un restaurante tradicional — con todas las letras.
El servicio es bastante eficiente, incluso con aforo completo, como ha ocurrido el día de hoy.
Eso sí: si buscas innovación o presentaciones con florituras, este no es tu sitio. No lleves a la novia, lleva a tus amigotes o a tus futuros suegros.

¿A quién no le gusta el sabor de las cosas bien hechas? Unas buenas brasas siempre son reclamo para un estómago inquieto. Ya puedo haber comido, que si huelo a chorizos a la brasa, salivo. Pues el mesón Maigmó se encuentra a la sombra de la montaña que le da nombre. Junto a una estación de servicio y como punto de partida a muchas de las rutas de senderismo de la zona.
Estoy seguro que los ciclistas y senderistas no hacen estas rutas porque sean bonitas, sino por el almuerzo que viene a continuación de carne a la brasa. Se trata de un bar de carretera a la vieja y buena usanza, con los jamones colgados, barra normal y barra a altura de las sillas, camareros rápidos, eficientes y serviciales, embutidos, chuletas, menús diarios y mucho mantel de papel en las mesas de madera. Pan de pueblo tostadito para el café de por la mañana, de esos que con un poco de aceite y tomate te hacen un hombre de los de verdad. Servilletas y palillos por el suelo… solamente les falta el serrín.
Siempre que paso por este lugar, paro aunque sea para comprobar que sigue abierto y poder dormir tranquilamente por las noches.