Nos habíamos alojado en el hotel Playa Bonita(o Playabonita, como se diga), y una noche para cenar, se nos hizo algo tarde. En el hotel nos recomendaron Lucena II, un restaurante que estaba a escasos 200 metros de distancia. Las reseñas que habíamos leído no eran precisamente favorables, e íbamos reticentes ante lo que nos pudiéramos encontrar, pero el hambre apremiaba y necesitábamos irnos a la cama con el estómago lleno. El Lucena II es el segundo restaurante de una«cadena»(sólo tienen dos) que tiene su primer local a unos 7 kilómetros aproximadamente de éste, dirección Benalmádena Costa. Este segundo local, sin tener una elaborada decoración, tiene dos entradas(hace esquina, como el Lucena I) y puede verse anunciado desde la propia carretera que llega hasta el hotel Playa Bonita. Aunque no está precisamente en un sitio privilegiado, si hace algo de aire fuera, puedes cenar/comer en la terraza que tienen montada entre las dos entradas, ya que los edificios de alrededor te resguardan un poco. Hay que decir que Lucena II es un sitio clásico de la zona. Me explico, la carta se reduce a pescados, mariscos y freiduría en general, no es un restaurante que recuerde especialmente por algo en concreto. El servicio es correcto, con camareros amables y que te atienden cuando se les necesita, algo básico en un restaurante. Íbamos con un niño pequeño y no vi que hubiera trona para él, además tampoco se nos ofreció(de haberla habido). Para la cena, pedimos dos bandejas de raciones(calamares y boquerones fritos) y una ración de croquetas de pollo y jamón. Las croquetas eran caseras a tenor del tamaño(medio tirando a pequeño) y forma que tenían. De sabor eran un poco escasas, sobre todo en cuanto a jamón se refiere. Sabían a pollo pero nada más. Eso sí, la masa estaba cremosa y nada apelmazada, algo que dice bastante de ellas. Yo apostaría a que sí que eran caseras. Sobre la «fritanga» de después, comentar que los calamares estaban buenos, y que los boquerones también estaban buenos, poco se puede añadir. El punto de fritura estaba bien y las raciones son abundantes(como un plato liso de comida). Quedamos bastante saciados en cuando a la comida. De beber pedimos una botella grande de agua y nos dio para toda la comida(por aquello de si le echan mucha o poca sal). Había gente cenando, sobre todo en la terraza(eran algo más de las 22:30 cuando llegamos), pero dentro no había muchos comensales. El precio es normal, a pesar de que algunas reseñas dicen que es caro, pero si echas un ojo a los sitios de la zona, verás que los precios son prácticamente muy parecidos. El servicio de pan se cobra igualmente(no recuerdo cuanto fue, pero creo que era 1 euro, a lo sumo, por pan).