Mi autobús sale de Torrelavega a una hora muy mala por lo que la única opción es irnos a comer allí. No conocemos ningún sitio así que damos un paseo hasta que encontramos La Casuca, tiene buena pinta y una terraza con toldo, hace un calor que te mueres así que ahí debajo nos plantamos. Había comido calamares en su tinta el día anterior y esto era de nuevo lo que más me llamaba de la carta, decidimos pedir tres platos para compartir dos personas. Primero llega la ensalada de aguacate, gambones y gulas la cual me sorprendió muy gratamente, los gambones eran hermosísimos y la ensalada estaba muy bien aliñada, quizás un poco aceitosa por las gulas y los gambones salteados, pero al menos el aceite era bueno. Después llegaron las croquetas, así sin apellido, no sabemos que tienen, suponemos que jamón, y sí, no tenían nada raro pero a mí no me entusiasmaron lo más mínimo, el punto de la bechamel no era del que me gusta a mí. Por último, muy tarde pues hubiésemos preferido que nos trajesen todo junto para picar, llegaron unas rabas, rabas de verdad, crujientes crujientes y con un buen sabor y rebozo, pero que para mi gusto estaban un poco saladas. Al final nos sobró bastante comida que pedimos nos pusieran para llevar. El bar por dentro está puesto muy mono y agradable, pude ver pescado en otras mesas con una pinta de fábula, por lo que si recabáis en Torrelavega y no sabéis dónde ir os diría que al menos le echáseis un vistazo.