Pues tuve que ir a Tremp por un viaje de trabajo, y aunque al principio no me hacía mucho a la idea, al final resultó la estancia de lo más agradable. El hotel tiene ya unos años, pero me resultó bastante comodo. La habitación estaba caliente, el colchón era firme, estaba todo muy limpio y el wi-fi funcionaba a las mil maravillas. Como el pueblo es pequeño, y hacía frío, decidí no moverme mucho salvo para ir a trabajar y cene y comí en el restaurante. La comida estaba rica y bien servida. Se notaba mucho que era un hotelito familiar, todo eran amabilidades y preocuparse porque estuviera bien. El proximo año volveré seguro al mismo.