Llevaba bastante tiempo con ganas de probar este sitio y debo decir que me llevo un regusto un tanto agridulce. No tengo mucha experiencia en este tipo de restaurantes, pero he estado en alguno de más o menos el mismo escalafón en cuanto a calidad, es decir sin ser de alta cocina o alto standing. La carta cumple, la comida es buena, me recordó en cierto modo a las raciones de los chinos de barrio donde siempre se suele pedir para compartir. En mi caso íbamos dos adultos y un niño, por lo que pedimos un entrante que consistió en tres palitos de pasta filo rellena de queso con cuatro hojas de canónigos, una de arroz basmati para acompañar una ración de pollo al curry y otra de dados de ternera. A esto le podemos sumar dos birras y un refresco cuando nos llegó la dolorosa, nunca mejor dicho. Por algo así en otros sitios que en otros momentos he visitado, no me costó más de treinta lauros. Cual fue mi sorpresa cuando me pedían más de cincuenta. Efectivamente la comida no estaba mala y cierto es que no engañan a nadie ya que los precios vienen en la carta y sólo hay que sumar, pero por esos precios… yo podría pedir algo más de fantasía aunque sólo fuese en los emplatados, que repito, eran de chino de barrio(sin animo de menospreciar a estos últimos que me encantan). Por otra parte comentar que el local es cuco, con una bonita decoración y tiene una pequeña terraza. El servicio normal y atento, que para estos tiempos puede considerarse un plus. En definitiva, un sitio interesante pero con unos precios que no se corresponden. Posiblemente si se le diese una vuelta de hoja a esto en mi tendrían a un asiduo y estoy seguro de que más gente opinará como yo.