Bar Marvi

La sepia cruda, las patatas aceitosas y el pan gomoso. Por una comida de 11 pavos la persona veo los platos servidos como mínimo mediocres. El ambiente de bar de barrio normal y corriente, nada del otro mundo.
Un saludo.

Se trata de un bar de barrio al que posiblemente no se te ocurriría entrar si no fuera por lo animado que se ve desde la calle.
Las dos veces que hemos ido nos ha gustado mucho. De entrada, de lo que hemos probado, las clochinas es lo mejor. Hechas en su momento y muy en su punto. La ración no es muy grande pero son 5 €.Tambien están buenos los chipirones con salsa romesco y las croquetas que varían cada semana. Otro de los platos estrella es el pulpo que junto a otras especialidades gallegas es lo que más pide la gente.
Al margen de los platos fijos de la carta disponen de un anexo a mano con las sugerencias del día así como selección de vinos de la semana.
Si no quieres gastar mucho por 6 € puedes pedir una jarrita de turbio muy agradable.
El comedor lo atiende con diligencia y simpatia la sobrina del dueño.

Por fuera, un bar normal, con sus menús, su gusto por las cañas y tapas y su jolgorio general gracias a los parroquianos y a un dueño dicharachero.
Por dentro, un sitio donde se come fenomenal, se arriesga lo justo y necesario para no ser un bar más pero tampoco como para no saber qué significan las cosas de la carta, con ingredientes de primerísima calidad y de vez en cuando recetas más curradas para el disfrute de los comensales. Todo con un toque gallego que da gusto.
Uno de esos bares que haciendo bien lo que sabe hacer y haciendo mejor lo de relacionarse y ganarse a su gente ha conseguido ser toda una institución en Valencia. No soy el único que se cruza Valencia de vez en cuando para cenar allí con amigos.

Marvi es el primer mesón con cocina gallega que piso tras mis dos años en A Coruña. Tenía ganas de probar algunas de sus elaboraciones lejos de su comunidad autónoma.
Solomillo, sepia, croquetas de pulpo, tortas de camarones, tortilla de verduras.
Diré que la calidad de este sitio es media/​buena. El solomillo estaba tierno y sabroso, las croquetas muy ricas y la sepia muy sabrosa y bien pasada por la plancha. En cambio, las tortas de camarones me parecieron un poco grasas de más (van fritas) y la tortilla nada especial. Las raciones generosas; recuerdo que vimos salir un par de bocadillos espectaculares.
El trato fue más que amable, algo que agradeces cuando llevas conduciendo toda la tarde y llegas con hambre. De hecho, debería dar una estrella más solo por la manera en que nos recibieron, muchas sonrisas y generosidad.
Es una valoración de 3*, quizás algo injusta; puede que esperase algo sobresaliente y es que cuando escucho cocina gallega. tiemblan mis papilas gustativas.

¿A qué le doy mas importancia? ¿À la comida? ¿Al lugar? Supongo que al conjunto. Pero eso puede perjudicar a lugares con buena comida.
Voy a ser muy crítica.
Nuestras cena fue: un trozo de tortilla de verduras, 4 tortitas de camarones, una croqueta de pulpo, una sepia a la plancha, y un plato de solomillo gallego. Un agua y un agua con gas = 28 €
La tortilla, correcta. La croqueta, casera y está buena. Las tortitas fueron una equivocación, creímos haber leído «tortilla». Así que me comí a la fuerza una masa frita que… no la hubiese pedido. No me va ese tipo de cocinado.
¿La sepia a la plancha con salsa verde? Bien, tierna, pero nada espectacular.
El plato de solomillo para mi gusto lleva muchas patatas y 4 medallones de carne. Algo escaso. Pero MUY BUENA, tierna, en su punto, sabrosa.
Pero! El local… pues es ‘muy de barrio’, tipo Mesón. No han pensado nada en la estética, (o sí y no tienen medios), la luz es muy mala, incómoda, es de ‘quirófano’.
El servicio es rápido y amable. Seguramente tendría que haber pedido otras cosas más típicas. Como el pulpo, o una sartén…he visto unos bocatas llegar a la mesa de al lado enormes! En fin. Está bien, pero para mi gusto le falta un poco de variedad. Algo más de verduras, ensalada… menos frito y patata.

Un bar de toda la vida con una carta de calidad sorprendente. Si lo pruebas se convierte en un básico.

Fuimos ayer para probar el menú diario.
Croquetas boletus
Caldo Gallego
Muslo Pollo
Vino tinto de la casa.
Todo correcto sin florituras. Tienen un menú por 9 € con 1 bebida, postre y café.
Lo único a mejorar que al ser los «últimos» del día en comer ya no quedaban postres, sólo fruta.

Porque ir a Marvi es como hacerte sentir como en casa, por el trato, la atención y la calidad de sus platos, con ese toque gallego.
Donde por cierto, el pulpo es el rey de la casa y no debemos obviarlo cuando vamos.
Y ahora en el invierno, los jueves tienen caldo gallego, que tambien hay que ir a degustarlo y disfrutarlo

Gran bar de tapeo. Tienen un menú de recomendaciones excelente y a buen precio. Los camareros son simpáticos y hacen buenas recomendaciones.
Probad las croquetas!

Excelente bar donde prima la excelente materia prima gallega. Se trata de un local acogedor con un personal muy amable y atento.
Ofrecen un menú diario muy completo y rico.
No te vayas sin probar sus especialidades gallegas, te encantaran!
Muy muy muy recomendable.

De los muchísimos sitios que hay por la zona, destaca por su relación calidad precio. Buena comida con mención especial al apartado gallego y sobre todo al pulpo. Buen servicio también. Sólo hay que fijarse en que siempre tiene clientes y que los que hay se nota que son asiduos.

Bar sencillo. Pulcro y con una terraza más que aceptable para el verano. El personal es de la zona y tambien vienen a cenar el que Luego va a Blasco Ibáñez.
Pide pulpo sin duda. Vino turbio claro,…

Bueno para almorzar bocadillos de toda la vida, bueno de tapas y aperitivo, bueno para comer (espectacular el caldo gallego), y bueno para cenar. Ambiente familiar.

Bar de barrio donde el sorpresón es mayúsculo, usan ingredientes de primera calidad y eso se traduce en buena comida. El mejor pulpo que te puede comer en Valencia, se deshace en la boca, una delicia de los dioses.
Todas las tapas cocinadas como Dios manda, con cariño ¿cómo pueden salir? exquisitas.
El local no tiene nada especial pero la comida es lo que manda ¿no? Pulpo, pulpo, pulpo…

¿Quien no se ha dejado llevar por las apariencias?
¡Las apariencias engañan! y vaya que así fue, porque este bar esta en la esquina de mi casa y nunca me llamo la atención entrar, muy a pesar que siempre los veía desbordados, siempre me preguntaba como se podía llenar tanto. Y gracias a una super recomendación un día decidimos entrar a ver que tal y no se equivocaron ¡Me encanto!
Este bar parece un típico bar, se caracteriza por su simplicidad y sencillez pudiendo incluso llegar a pasar desapercibido, pero también por la amabilidad y cortesía con la que te trata su dueño, basta con que entres a este bar y te sientas como en casa y tino sienta que tiene un invitado mas en la suya.
¡Lo que sale de su cocina es manjar de dioses! todo perfectamente elaborado y presentado. Nosotros aprovechamos la famosa semana de la hamburguesa de la que muchos ya habéis escuchado hablar y me atrevería asegurar que hasta probar. Como somos un equipo, y por ello llevamos ventaja, cada uno pidió una especialidad diferente y al llegar las picamos a la mitad, así que he probado las dos y mientras esperábamos ansiosamente Tino nos deleito con sus famosas croquetas que son mejores que en la descripción.
Me encantan las hamburguesas, y vaya que he probado, pero la de queso de cabra y cebollitas del bar marvi definitivamente esta anexada dentro de mi top 10.
Se que este bar es mucho mas que hamburguesas pero no he tenido la oportunidad de probar mas, pero volveré que es lo importante.

Siendo vecino de Salvador Pau, en ocasiones vi el local y siempre lo vi a reventar de la cantidad de personas que lo recurren, una noche le comente a mi señora que pronto asistiríamos a degustar el menú de Bar Marvi.
Hasta que un día nuevamente por recomendación de Maria Q. nos fuimos al Bar Marvi a degustar la ruta de la hamburguesa. Nuevamente, me he encontrado con sabores que no me han dejado indiferente, la hamburguesa de cordero con queso de cabra y la hamburguesa de buey con tomate seco y mayonesa de dijon, hacen una combinación muy difícil de olvidar.
Por otro lado, a parte de la excelencia en gastronomía esta la atención, su propietario Tino te hace sentir como en casa, razón por la cual he quedado en volver, pero en la próxima oportunidad ir a degustar sus especialidades en cocina gallega.
Para ellos mi recomendación y ***** estrellas bien merecidas.

Una atención exquisita en las redes sociales te anima a tener ganas de ir; un interés real y cercano por como se sientan sus clientes una vez entran por la puerta de su local te invitan a repetir. Y si a estas dos cosas les sumamos una genial compañía de mesa hacen de la visita a este local una experiencia sin parangón.
Tino es un megacrack. Y no uso otra hipérbole porque no se me viene ahora mismo otra a la cabeza; si no te gusta reemplázala por la que más te guste. Y lo es igual en 2.0 que en 1.0. Desde el momento en que entramos por la puerta nos hizo sentir como en casa, teniendo un trato atento, cercano, y familiar con todos los que íbamos. Desde que nos atendió y nos sirvió los primeros platos no cesó en preguntar cada vez que se acercaba por nuestra mesa qué tal nos estaba la comida y si estábamos bien. Ese trato natural, que se aprecia claramente que no es forzado y esconde un interés real, es lo que hace pasar de tener visitantes a tener clientes. Y mola.
Pese a que es un bar gallego, y no puede haber comida que me guste más que la gallega, no probé la comida de esa preciosa zona; en su lugar, y lejos de no estar a la altura de los manjares galaicos, probé una de sus hamburguesas con carne de buey. ¡Deliciosa! Empezando por el pan, crujiente y como me gusta; pasando por la carne, muy sabrosa y en su punto; y sin dejar atrás todos los condimentos, muy sabrosos y pasados por los fogones con una muy buena mano para estos menesteres.
Con los postres también se llevan bien. Preparan un brownie con bola helado de vainilla y chocolate fundido que está para chuparse los dedos. Literal. La pintaza que tiene cuando lo ves es directamente proporcional a lo bueno que está cuando vas metiéndotelo entre pecho y espalda. ¡Ñam!
Sin duda es de esos locales que te dejan con tan buen sabor de boca –y nunca mejor dicho– que estás esperando a que se preste la oportunidad para poder repetir. ¿Recomendado? No, ¡recomendadísimo!

Empezaré por la croquetazas de pulpo que pude probar por primera vez aquí: de sobresaliente, riquísimas por dentro y por fuera ¡verdadero pulpo a la gallega! Y es que se nota que este pequeño restaurante de barrio es gallego no sólo por el turbiño –que ya es señal suficiente-.
Más croquetas, de boletus, excelentes, de las que tengo apuntadas en mi lista de delicias de la masa rebozada y frita. Un bravo grande a este bar que se las ingenia para, entre sonrisas y buen hacer, generar presencia y movimiento en las redes. Y les funciona ¿Por qué? pues intuyo que porque ofrecen offline lo que prometen online. Bravo, aquí vuelvo.

Vaig conéixer este lloc per les xarxes socials i quan vaig tindre l’oportunitat m’acosti per allí, realment esperava un altre tipus de local i el que em vaig trobar va ser un senzill bar de barri que amaga en el seu interior una excepcional cuina i un servici immillorable. 100% Recomanable /​/​Conocí este sitio por las redes sociales y en cuanto tuve la oportunidad me acerque por allí, realmente esperaba otro tipo de local y lo que me encontré fue un sencillo bar de barrio que esconde en su interior una excepcional cocina y un servicio inmejorable. 100% Recomendable

Tras varias semanas de intensa espera, por no decir meses, por fin se ha presentado la oportunidad de completar mi perfil como cliente del Bar Marvi.
Y digo esto porque, gracias a la ‘magia’ de las redes sociales, ya me consideraba cliente de este BAR (sí, con mayúsculas) incluso antes de visitarlo. Virtual, potencial o como lo queráis llamar, pero cliente al fin y al cabo. Tino y el Bar Marvi estaban presentes en mi día a día, en mi ‘timeline’, captando mi atención a través de sus comentarios e imágenes y transmitiendo empeño, ganas y dedicación a lo que hacen.
Muchas veces ocurre que creas expectativas de un determinado lugar o acontecimiento y, cuando llega el momento de la verdad, te quedas un poco frío. Pues bien; ahora ya puedo decir que el Bar Marvi, en mi caso, ha superado con creces las expectativas que había creado.
En este lugar se combina restauración cuidada de calidad, trato exquisito al cliente y entorno social, lo que cada vez, pienso yo, va a ser más importante de cara a mantener un nombre en este oscuro panorama con el que nos encontramos.
En cuanto a la comida, no debemos perder de vista que el Marvi es un bar. Encontraremos toda clase de tapas, bocadillos y platos combinados, si bien el tipo de productos e ingredientes, su calidad y su presentación en el plato marcan sin duda la diferencia, en positivo, respecto a otros muchos bares. No creo que resulte procedente presentar aquí la lista completa, ni mucho menos. Bastará resaltar ‘clásicos’ como las bravas, el pulpo a la gallega o, de postre, el brownie con helado y chocolate fundido… ¿No se os hace la boca agua?
Y las croquetas… No me quiero olvidar de las croquetas… De distintos tipos, en mi primera visita he podido disfrutar de las de boletus y de las de pulpo. Si pensáis que el placer no se puede morder, es que no habéis probado las croquetas del Marvi!!! Empanado crujiente y en su punto de fritura, con un interior que te atrapa para siempre…
¿Todavía no habéis reservado?
Entonces, quizá haga falta contaros que en el Marvi os van a tratar con atención y cariño para que os encontréis como en casa, en un ambiente cercano donde el resto de clientes transmiten que forman parte de él, que van a volver… Hasta entienden que un niño pequeño es un niño pequeño, y que quizá unas galletas, unas palabras cariñosas, una sonrisa y una caricia calmen esa pequeña rabieta, propia de las últimas horas del día.
Ya veo… seguís con dudas…
Si estáis leyendo esto es que sois usuarios de Unilocal.Tendréis en la mano o en el bolsillo un smartphone y la capacidad de hacer check-​in, subir fotos y comentar vuestra experiencia, facilitando el cruce de opiniones e, incluso, interactuar con el propietario de un negocio. Pues bien, en el Marvi podéis sacarle todo el juego a vuestra pasión ‘gastro-​tecnológica’, porque es un bar y es 2.0.
Ahora sí. Ya no te quedan excusas. Si no visitas el Marvi es porque no quieres. Allá tú. No sabes lo que te pierdes!!! ;)