Mi vida es perfecta. Llevo unos meses jubilado y mi vida no podía ser más apacible. Me levanto no muy tarde, pero mucho más tarde que cuando trabajaba. Así que despierto totalmente despejado. Las mañanas me las paso con mi Mari. La ayudo con sus cosas de la casa, voy a comprar. Incluso estoy aprendiendo a cocinar, soy su ayudante de cocina. Todo son cosas que no podía hacer antes porque trabajaba, y el resto del tiempo estaba cansado y no me apetecía. Y las tardes eran la auténtica maravilla. Me las paso en el bar de abajo, en el Platers. Donde llevo yendo toda la vida. Pero ahora me puedo pasar las tardes tranquilamente. Tengo amigos que se pasan a ratos, otros, jubilados como yo, se pasan la tarde. Y nada, así pasamos la tarde, raonant y discutiendo de la vida. Y esperando que empiece el fútbol, claro está.