Una propuesta realmente original: mezclar arte con gastronomía y no morir por sobredosis de snobismo. En esta cafetería, si pides un cortado, te pueden servir una taza calentita de ¿un paisaje? Pues sí, así son. A manos de tres emprenderores nació el local más original de la triste zona del Hospital. No sólo tienen expuestos en las paredes cuadros –obra de uno de ellos, por cierto, a la venta para quien quiera una réplica del famoso Keith Haring– sino que procuran que cada uno de los platos y bebidas que sirven tenga un toque artístico. Además de ofrecer desayunos y un menú diario muy barato teniendo en cuenta la calidad de los platos –8 € con todo incluido-, cuentan con un salón enorme, por lo que dan la posibilidad de reservarlo a puerta cerrada para cenas multitudinarias, con un menú degustación con barra libre incorporada que sale a 20 € por cabeza. El mayor fallo que le encuentro es, no sólo no abrir por las tardes, sino que su horario es un auténtico caos: en la web pone uno, en la página de Facebook otro diferente, y cuando realmente te presentas allí, ves en la puerta otro más; por supuesto, cada vez más reducido. Un sitio con gran potencial que tendría muchas más posibilidades si contara con un horario no tan limitado.