Creu de la Conca

4 casi 5 estrellas. Fuimos a comer toda la familia (15 personas) y con prisas, que íbamos con retraso y teníamos que coger un tren. La camarera, con mucha paciencia y el restaurante lleno, fue tomando nota de cada cosa que íbamos pidiendo por partes (primero bebidas, después menores, por último adultos). Trajo todo correctamente y a tiempo, y además todo fue exquisito. La relación calidad/​precio de comida y vinos muy buena.
Nos sobró fideua, pero porque las cantidades tanto de entrantes como de los arroces son abundantes. A ver si podemos volver y disfrutarlo con tranquilidad.

Fuimos recomendados y no defraudó: arroz con bogavante delicioso. El sitio y la atención están bien, con vino y postre salimos a 60 € (30 € c/​u). Hay que reservar.

Restaurante de cocina valenciana, muy conocido en la zona de Pinedo. Sólo con ver la entrada ya te das cuenta de que se toman la cosas en serio. Hay un barril antiguo con libros de cultura valenciana por si eres un cliente curioso y te apetece saber de nuestros orígenes y forma de vida en el campo, el cultivo del arroz, l’Albufera etc
El servicio es atento y te deja elegir mesa, me encanta eso porque siempre quiero ventana. Fuimos un sábado así que no había menú, pero los precios son asequibles para un homenaje de fin de semana con productos y platos de la tierra (unos 20 euros por cabeza con cervezas varias y postres). Nos decidimos por una ensalada de la casa que si hubiera tenido más ingredientes ya se salían ya del plato (salmón, huevo, maíz, mojama etc) generosa en cantidad y deliciosa de sabor.
El arroz que elegimos (porque debe ser pecado no pedir arroz en un lugar como este) fue el arroz de pato, pero seco, porque también nos lo ofrecieron caldoso. Resultó una elección muy buena, porque los ingredientes son los habituales de la paella valenciana pero con el detalle del pato que le da un gusto especial y una sabrosura especial al arroz, además la carne es más oscura e intensa.
Ah, olvidaba unas increíables tellinas del terreno, estaban deliciosas y fresquísimas. En cuanto a los postres yo me aventuré con unas natillas caseras pero hubo un flan de naranja que pidió mi cuñado que estaba buenísimo y era super curioso. ¡Con tanta naranja que tenemos en Valencia, claro que sí, a hacer flanes naranjas como locos!

Un clásico familiar. Mi hermano siempre que tiene algo que celebrar nos lleva a este restaurante a pegarnos un festín de excelente arroz. Me encanta la paella de pato, sin duda, tiene un sabor muy particular.
Creu de la Conca es un restaurante especializado en cocina valenciana, situado en la pedanía de Pinedo, dentro del Parque Natural de La Albufera. Es un local bastante grande con dos salas muy amplias. Hay zona separada para fumadores y divisiones para la privacidad de los comensales. Además tiene un segundo local justo al lado.
Quizás el único pero que le pondría es que al ser un local tan amplio, casi siempre los fines de semana tienen alguna celebración tipo bautizo, con lo que si buscas un ambiente romántico puede desmerecer la situación. De todos modos, prestan una excelente atención, además de poseer una gran bodega de vinos.
Un sitio muy recomendable. De entrantes, preparan unas excelentes y bien limpias tellinas a la plancha. El esgarraet y las clóchinas son también deliciosas. Pero os recomiendo que nos os llenéis con las entradas, para dejar hueco a los fabulosos arroces que cocinan. Aunque ya he destaca la paella de pato, las otras variedades de arroces que hemos pedido siempre han estado a la altura. El suquet de rape tampoco tiene desperdicio. Y de postre, si no los ha tastado nunca, prueba el típico postre valenciano del arnadí, hecho a base de calabaza, azúcar y almendras.
En conclusión, cocina tradicional valenciano en un ambiente moderno y un precio más que correcto. Por 25 € sales más que satisfecho. Por cierto, tienen gran variedad de ginebras. Aquí probé un gin-​tonic de marca belga con pepino.
Para quedar del lujo con unos invitados especiales.

Cuando nos juntamos con los de la facultad a comer solemos ir a algún sitio donde se pueda degustar un buen arroz. A veces acertamos, otras no. Esta fue una de las veces en las que el acierto fue mayor.
Pese a no estar en primera línea de playa en este restaurante me he comido uno de los mejores arroces de Valencia. Éramos unas 25 personas y pedimos casi todos los arroces entre unos y otros. En nuestro caso pedimos un arroz senyoret, nos lo sirvieron en su paella, como toca, y estaba delicioso. La mesa era una juerga probando de unos y otros, caldoso, de pato, de marisco… y la verdad es que no sabría con cual quedarme. Nadie en la mesa puso en cuestión la calidad de los platos, y mira que es difícil con tanta gente.
De primero pedimos unas tapas, no sé si era porque éramos muchos pero los platos eran enormes. Y los postres muy ricos también.
Creo que la cosa no llegó a los 30 euros por cabeza, incluyendo bebidas que no dejaron de fluir alegremente. Me pareció barato si se compara con lo que nos hubieran cobrado en el paseo marítimo por todo lo que comimos.
Estuvimos muy a gusto, tomando el café tranquilamente, charlando con los camareros… para repetir sin dudarlo.

Era la despedida de soltero de un compañero de trabajo y, a pesar de ello, amigo. Organizamos un día completo de homenaje para él. La primera parada era en un circuito de karts que hay cerca, la segunda un ratito de playa, era ya casi verano y apetecía y la tercera un buen arrocito en el Restaurante Creu de la Conca. A pesar de haber almorzado, había hambre porque el día estaba dando mucho de si. El restaurante no es que sea el más apropiado para celebrar una despedida pero queríamos buen arroz y allí nos lo comimos. Digo lo de que no es un buen sitio para una despedida porque es un lugar elegante y llegamos todos un poco playeros y parecía que desentonábamos un poco. Ahora eso sí, la atención de los camareros fue perfecta, como si fuéramos de traje. De hecho tuvieron mucha paciencia con nosotros porque tenían el restaurante lleno y algún cántico por la boda de mi amigo se escapó sin que nos llamaran la atención. Si eso que uno llevaba hasta un megáfono. Lo de elegante no es que haya que ir de etiqueta pero evita ir en bañador, no es un chiringuito.
Pedimos unos entrantes en los que, estando en Pinedo, no faltaron las clóchinas valencianas y la puntilla y luego un arroz a banda. Estaba todo muy bueno. Nos recomendaron un vino blanco para acompañar que acompañó y vaya si acompañó que nos bebimos unas cuantas botellas. No recuerdo si pedímos postre, café seguro para mantener el nivel de sueño a raya, nos habíamos levantado temprano. Tapas frescas del día, arroz excelente, servicio inmejorable seguro que nos va a salir por una pasta, pensé. Pues no creo que salimos a unos 20 euros que está genial para la comilona que nos pegamos.
El único incoveniente que tiene este restaurante es que está alejado del centro de la ciudad. Esta en la pedanía de Pinedo, pero por todo lo demás muy recomendable.