El Barrilito

Di con el Barrilito por un amigo que juraba y perjuraba que este bar era conquense, pero al entrar… ¡Oiga, yo más bien diría que tiene aspecto andaluz! Ya que estamos, aurrera!
Al entrar, la barra, y justo a la izquierda un gran espacio repleto de mesas montadas para todo tipo de grupos.
El camarero muy eficaz, nos encuentra una mesita para tres junto a una columna.
En el tema bebida, sin entrar en el vino, que se le ve una buena bodega, tienen cerveza del grupo Cruz Campo (puuuuaggghhhh) y Pepsi, ¡en lata!
Cuando viene el chico a tomar nota, le preguntamos que qué tenían, porque no sacó carta en ningún momento, y fue todo cantado. Vamos, que no sabes ni lo que vas a tomar ni lo que te va a costar.
Nos decantamos por un cucurucho de pescado y otro de carne. El de pescado lleva puntilla, calamares, «pescaíto», gambas y sepia, todo en tempura. La de carne, solomillo sobre una finita rodaja de pan y con un pegote de salsa rosácea vete tú a saber cuál, choricillo, lagrimitas de pollo, magro y no recuerdo si algo más.
Tuvimos que pedir pan, porque no te lo sacan cuando te traen los cucuruchos.
Como tampoco íbamos con mucha hambre, con estas dos cosas quedamos satisfechos, por lo que no pedimos postre y salimos a 8 € por persona.
Para ir al cuarto de baño de las chicas, has de cerrar la puerta de entrada a los wc, porque queda justo detrás y es una risa, porque por más que la quieras dejar al menos allegada, acaba por abrirse y por impedirte el paso.

Encontré este sitio leyendo la reseña de otro amigo Unilocaler, Josep C., y como me pilla de camino a casa, un día en lugar de ir a comer a casa a mediodía, me propuse probarlo.
Para comer tienen un menú a 7 € que incluye primero, segundo, bebida, postre y café. Sólo puedes elegir entre dos primeros y dos segundos. Pedí el guisado de patatas con pollo y conejo y de segundo calamares. Ambos platos muy sabrosos, raciones generosas y el servicio rápido y atento. El local es muy amplio, limpio y con decoración sencilla.
Muy recomendable para comer bien y barato!

Espectacular su cartucho de frituras, su solomillo, sus bravas, y las empanadillas… La calidad de la cocina está muy por encima de sus precios. Además, yo nunca había visto un canal de agua fría que recorre toda la barra y en el que puedes dejar tu caña Cruzcampo, perfectamente tirada, para que no se te caliente.
El personal muy amable, sin ser pesados, con el bar lleno el servicio es muy bueno igualmente. No está muy céntrico, pero vale la pena acercarse al Barrilito y disfrutar.

Una de las cosas bonitas de trabajar con vinos es que aterrizas en sitios donde de otro modo quizá no hubieras estado jamás. Es lo que me ocurrió con El Barrilito, me llevo un compañero de la bodega y oiga usted, que esto no está nada mal… Creo que la mejor forma de explicar las sensaciones que provoca este sitio es contaros que normalmente si como por ahí lo hago de menú, y aquí es imposible: no porque no lo tengan, sino por que ves pasar ese cucurucho de pescaito frito, esas tortitas de camarón, ese solomillo, ese jamoncito… «hola, quieren ver el menú?» Pues no! Quiero probar todo eso que veo salir de la cocina!!! Como será la cosa que mi compi siempre bebe vino (deformación profesional) excepto aquí, donde la cañita de Cruzcampo, que no es precisamente mi cerveza favorita, esta como más buena y todo.
El local es bastante grande, hay mucho sitio y quizá la única pega es que eso provoca que sea algo ruidoso, pero oye que esto es una taberna, ¿no? Interesante detalle que tiene como un pequeño «riachuelo» de mármol en la barra por donde circula continuamente agua bien fría para mantener tu caña siempre fresca, algo que seguro que se agradece en los meses tórridos de caloret de Valencia.
Lo dicho oiga, un muy buen sitio para echarte un tapeo estilo andaluz en el barrio de San Marcel·lí.

No suelo frecuentar este barrio porque la poca gente que conozco de él ya no vive en Valencia así que esta taberna no la conocía ni por asomo.
El caso es que nos llevaron y oye, el sitio no está mal. La comida estaba buena, son rápidos sirviendo y los camareros son majos.
Lo que no me gustó fue que es un sitio muy para grupos y hay mucho escándalo de fondo.
Lo que no se es lo q nos costó porque nos invitaron, pero me da que no es un sitio muy caro.

Solo escuchar su nombre me hace mucha gracia. El barrilito es un bar que está en el barrio de San Marcelino. En concreto, esta taberna está en la calle Ingeniero José Sirera en el número 27. Debo decir que yo siempre que he estado, he salido bastante satisfecho.
Mis primas viven en el barrio de San Marcelino y un punto de tapeo casi siempre es el Barrilito. El local tiene un aforo impresionante y desde luego, tienes una variedad de tapas impresionante. Casi siempre, he estado rodeado de mis sobrinos y los amigos de mis sobrinos que están jugando por el bar como perro por su casa.
En general, predominan las cañas o jarras de cerveza y sobre todo, las buenas tapas. Mis recomendaciones son la puntilla, la sepia y las lagrimitas de pollo que no es otra cosa, que pollo rebozado. Una de mis tapas es el morro de cerdo que aquí lo hacen como toca. Pero bueno sobre todo es comida andaluza típica y raciones abundantes y contundentes.
Entre semana, tienen un menú por 8 euros. Yo no he ido pero probando la carta desde luego, me imagino que el menú será igual de bueno. Como curiosidad, decir que precisamente en este bar, la cerveza te la sirven en jarra fría, un detalle porque es como deberían hacerlo en el resto.
Por cierto, los camareros todos son muy simpáticos y con mucho arte.