El Templete

Durante muchos jueves, el Templete fue nuestro centro de peregrinación para cenar. Y casi siempre pedíamos lo mismo un cartucho de pescaíto frito y una botella de Peñascal, manías de cada uno oye, a veces también caía un plato de jamón y queso. Pero era el cartucho lo que nos atraía poderosamente.
Ycuando digo cartucho es tal cual, el papel este que te ponen en la pescadería envuelto y lleno de pescaíto, gambas, trozos de sepia, calamar… con esto y nuestro vinito fetiche de entonces ya teníamos bastante.
El local es una auténtica taberna andaluza, la decoración, sus chistosos camareros con ese deje peculiar, los grandes toneles haciendo de mesa… Normalmente al ir jueves no teníamos problema de sitio, aunque siempre había gente. Si alguna vez hemos pasado en fin de semana hemos tenido que esperar para coger mesa.
Uno de los sitios más auténticos de la ciudad en lo que a tapeo andaluz se refiere. Ya tengo ganas de volver y escuchar ese ¡Boooote! con el tintineo de campana cada vez que algún comensal decidía premiar con su propina la gracia del local.

En ocasiones sacrificas la calidad de la cocina de un restaurante frente a muchas otras cosas, pero otras veces, te deberían llevar con los ojos vendados y con tapones en los oídos para poder dar rienda suelta al paladar. Y este es el caso de esta cervecería de ambiente andaluz. Su decoración se ve desbordada por un tipismo folclorizante que vira hacia lo kitsch y que acaba adueñándose del local. Yo he estado en Andalucía y no creo que esta cervecería sea un buen exponente de lo que allí encuentras.
No he ido más que en un par de ocasiones, pero ¿sabéis lo que es estar comiéndote una fritura de pescado mientras una pléyade de matadores de toros te observan?, si la respuesta es no, no lo probéis. Si las sevillanas y demás no es lo vuestro, yo me llevaría un reproductor de música con suficiente potencia para anular, eso de «cojo la manzana y yo que sé que más».
Ya os digo que la cocina está muy bien, pero el precio –un tanto abusivo– y el ambiente, recargado y barroco, restan puntos a esta cervecería.

El templete es uno de esos rincones que deberían tener 5 estrellas. Es una taberna andaluza de toda la vida que está escondida dentro del barrio de San Marcelino. En concreto en la calle Reverendo Jose Noguera en el número 3.
Es un restaurante con un gran aforo donde muchas veces se celebran bautizos y comuniones. ¿Qué ofrecen? Pues una gran variedad de tapas españolas andaluzas, carnes y pescados. En concreto, tienen un menú de tapas variadas por 16 euros.
Entrar en su interior es como estar en la Andalucía del siglo XIX. Retratos de toreros por todo el salón y de fondo música andaluza para amenizar la velada son algunos de sus rasgos más característicos. El servicio de camareros es de primera, muy educados y siempre con el uniforme de la firma el Templete.
El precio no os voy a engañar. Suele ser siempre más elevado que en otros bares de barrio. Si pides un buen número de tapas no suele bajar de los 20 euros. Eso sí tened en cuenta que estamos hablando de primeras calidades y claro, eso tiene que subir en la cuenta final.
Desde luego os lo recomiendo si os queréis pegar un buen homenaje de tapeo de calidad con raciones abundantes y muy pero que muy sabrosas.

Son dos restaurantes del mismo estilo, calidad en el servicio y en la mesa, hacen menú para comer a buen precio.