Frietshop

Local pequeñito pero que esconde grandes cosas. Es una tienda de patatas fritas y algunas cosillas más.
Las patatas no son las típicas congeladas. Están hechas con cariño, no se quedan aceitosas y saben a patata de verdad. Hay muuuchas salsas para acompañar (curry, andaluza, americana, samurai…); algunas son picantes.
Puedes pedir un cono de patatas, o acompañarlas de algo (salchicha holandesa, bolitas de carne…). Con salchicha holandesa el precio se quedan en 3.5 euros ¡y pone una barbaridad de patatas!
El dueño es majisimo, trabaja rápido, y el local está muy aseado. No hay mesas, sólo una barra con un par de taburetes y el mostrador. La idea es cogerlo y llevarlo para llevar. Además, hace unas cajas para guardar la comida muy apañadas.
Me ha encantado. Estoy deseando volver a probar nuevas salsas.