Gauditori

Anoche estuvimos cenando unos amigos. Cuando lo único malo que se puede decir de un sitio es que las sillas no me parecieron cómodas es por algo…
Como éramos un grupo de ex alumnos cerramos un menú para mayor comodidad y fueron unas tapas, bien elaboradas y platos en el centro para compartir.
Las bravas pudieron ser de las «top ten», el jamón exquisito, unas alcachofas de lujo, etc…
Es que en general todo fue del agrado de todos.
Igual que el servicio, gente que le gusta lo que hace. Gracias Enrique por el trato tan amable y cercano.
Así que id sin miedo, lo probáis y espero que saquéis las mismas impresiones que yo saqué.
Yo repetiré.

Un bar de barrio, con una terraza agradable y precios muy atractivos (cerveza + clara en vasos medianos = 2,60 €, en otros locales para el mismo tamaño hasta 4 € o más…).
Hay varios vinos blancos y tintos para tomar una copita, también a precio razonable.
No he probado la comida de la carta, sino un picoteo para acompañar una edegustación de vinos (tortilla de patatas, trocitos de pizzas variadas y focaccia con romero, montaditos con atún, tomate y olivas) — todo riquísimo.
De vez en cuando se inventan comidas especiales, como el «CICLO COCINAS DEL MUNDO», con un menú del día preparado por un chef invitado…
p.ej. Sábado 6 octubre, de 13:30 a 16:00 — Cocina Siciliana, primero, segundo, postre, pan, bebida y café13 €

Aparentemente es un bar con terraza agradable en el centro de la ciudad en el que te tomarías un café, un desayuno o almuerzo. Pero después de ir un par de veces me he dado cuenta de que también hacen unos menús y platos del día de lo más apetecibles y a buen precio. Nos atendío una chica joven y fue muy rápida, a pesar de estar sola y tener la terraza llena en plena hora punta: la del almuerzo.
Pedimos unos cafés y yo medio bocata de habitas con bacon y cebolla, y he de decir que me supo a gloria. Los medios bocatas, en Valencia por lo menos y aquí también, son de un tamaño más que considerable. Es decir, que si me pido el bocata entero de Gauditori a las 12 de la mañana después no como, como ya me advertía mi madre de pequeña. Cierto es que no tengo el estómago de Baloo, pero me encanta almorzar y aquí pienso volver a por medios bocatas.
La terraza, a escasos metros de las Torres de Quart, tiene sombrita por las mañanas, así que se está fenomenal hasta en las mañanas más calurosas de la Valencia estival.