Lu Cheng

Conozco este restaurante chino desde hace más de 20 aňos ya, eramos unos jovenzuelos e hicimos buena amistad con los dueňos y camareros que eran de nuestra edad por lo cual cada vez que salíamos con la pandilla aquí que veníamos a parar.
Como todo en la vida, la pandilla hizo su vida y se fue separando y un día por otro 14 aňos sin volver a este restaurante.
Un día, no se porqué, le comenté a mi chico de ir a cenar a ver si seguían los mismos dueňos (cosa que dudaba) y cual fue nuestra sorpresa cuando nos abre la puerta Ana Ye la dueňa y enseguida nos reconoce… Que alegría más grande!!!
Al lio, que me emociono y menudo rollo os estoy contando Jajaja.
El restaurante tiene los mismos dueňos desde hace más de 25 aňos y eso será por algo, digo yo!!!
El local tiene la típica decoración de los restaurantes chinos y esta todo super limpio.
Puedes comer a la carta o de buffet libre, de las dos formas los precios son muy asequibles y muchas veces ponen menús de degustación por 10 euros por persona (con hambre no te quedas). También suelen poner los fines de semana menú buffet libre con barra libre de bebida y café por 15 euros… Más barato imposible.
La calidad de la comida es muy buena, lo hacen todo muy rico y tienen mucha variedad, sobre todo en la carta. Yo suelo pedir a la carta y el precio no es nada caro. La última vez pedimos, dos cervezas, ensalada china, arroz con curry y pollo, pollo al limón y gambas salteadas con champiñones y nos costó 21 euros.
Yo os recomiendo el pollo al limón, el pollo sabor loco (impresionante), ensalada de pollo crujiente, ternera crujiente, sopa aleta de tiburón, gambas con champiňon, los fideos chinos y ya paro porque a mi me gusta todo lo que hacen aquí.
Como puse en el consejo, no se os ocurra ir un sábado más tarde de las nueve, está a reventar y os tocará esperar y eso que el local es muy grande y tienen más de 40 mesas.
No le pongo 5 estrellas porque debido a tantísima gente que hay los sábados hay veces que al pedir de carta la comida no llega todo lo caliente que debiera.
Y si la comida esta buena, la atención de Ana es excepcional. Es una polvorilla, no para y está siempre pendiente se todo… quizás este sea el secreto para mantenerse tantísimos aňos.
Recomendado 100%

Una confusión bastante tonta nos llevó a este restaurante por primera vez. Resulta que teniamos un ‘chino’ de referencia en la Avenida del Cid, en esos edificios de ladrillo de caravista que hay en la entrada de Valencia. Pues bien, aparcamos el coche entramos al restaurante y, la primera cosa que le dije a mi mujer fue: «Che, si que ha cambiado esto desde que vinimos la semana pasada». Por fuera era idéntico, pero por dentro no. Faltaba la pecera con los pececillos naranjas gigantes.
Pronto nos percatamos de que no habíamos entrado al local de siempre. Luego descubrimos que a escasos 200 metros estaba el restaurante chino al que ibamos habitualmente y cuya entrada era similar. De todos modos, una vez dentro, el menú es el mismo en todos los resaurantes de este estilo. Nos sentamos y a cenar.
La comida correcta, sólo que el cerdo agridulce es un pelín pequeño. Personalmente lo prefiero más grandecito. Sin embargo, lo que más me llamó la atención en su día fue el hecho de ver a un camarero no oriental sirviendo mesas. Fue un shock y estuvimos cuchicheando toda la noche. Frikeces…
Ahora se ha renovado. Ha entrado en la categoría Wok. Ha dejado el rancio abolengo de las peceras y la musiquita de fondo para sacar el color wengué y las mesas modernas. Ahora sólo siendo memo me confundiría de local.