Plaça de Benimaclet

Un lugar que, no descarto que te vaya a pasar desapercibido cuando llegues al «Barri» a vivir pero que poco a poco y, sin darte cuenta, empezará a ser parte de tu vida.
Hay varios motivos los voy a ir anotando no por orden de importancia, más bien conforme me van viniendo a la mente.
Un motivo es que los viernes montan un mercado estilo pueblo. Benimaclet para muchos sigue siendo un pueblo de hecho y este mercado le da una vidilla especial a los viernes. La plaça de Benimaclet podría ser considerada el centro neurálgico del evento.
Otro motivo: si trabajas escribiendo, o estás estudiando o necesitas inspirarte y vives por aquí, seguro que si sales a dar un paseo acabas en la Placita. Es muy acogedora e incluso ver la fuente llega a relajar.
Si eres una persona religiosa y practicante, en la «Plaça» se encuentra la Iglesia de Benimaclet, bonita y parte fundamental del Barri. La gente no-​creyente que se junta en los lugares colindantes la respeta y pocas veces han habido problemas de este estilo. Al menos desde hace unos añitos a ahora.
En febrero montan el Carnaval de Benimaclet. ¿A que no sabéis dónde se junta la mejor parte de la fiesta? Exacto. En el corazón de la plaza. Si vais, divertíos y no dejéis que nadie, con la excusa de ir de carnaval, aproveche para saciar sus ansias destructivas.
Por la noche tienes el Glop (pub que puedes encontrar también en Unilocal).
En ella se encuentra uno de los Parkings del Valenbisi. Es uno de los más transitados, pero quizá vayas y tengas suerte y encuentres bicicleta.
O simplemente puedes ir a dar un paseo y sentir la vida de un pueblo de toda la vida, con su gente mayor paseando y el ambientillo distendido y familiar donde todo el mundo se saluda.
Al final formará parte de tu vida.

Después de perdernos y reencontrarnos un par de veces nos metemos, casi sin darnos cuenta, en la Plaça de Benimaclet, plaza homónima de este barrio-​distrito de Valencia. En ella se condensa toda la esencia del barrio, esa mezcla de ambiente estudiantil con la Valencia de siempre «de l’horta», tan caracterísitica y que a los que vivimos por aquí nos encanta.
Su apariencia es la de cualquier plaza de pueblo, pequeña y acogedora, pero al mismo tiempo tan cosmopolita que en ella te puedes encontrar debatiendo en un banco a hombres con boina y bastón con aquellos indignados del 15M que aún defienden su causa por las calles de Benimaclet. Y no es casual, porque este barrio valenciano mantiene vivo un espíritu combativo que arrastra desde los últimos coletazos de la dictadura, cuando su asociación de vecinos se convirtió en una molesta mosca en la oreja del caudillo.
La Plaça de Benimaclet es un lugar de encuentro y de reunión. Pero no nos engañemos, esta plaza y sus aledaños son sobretodo un lugar de distensión, gracias a sus terrazas y bares, ya míticos, donde siempre sabes que encontrarás a alguien para arreglar el mundo al amparo de unas cervezas. De hecho, para desgracia de los vecinos, bien entrada la noche, la gente prefiere beberse sus cervezas bajo el campanario de la Iglesia antes de meterse en cualquier bar. Y es que en Benimaclet lo de reunirse y debatir, tira mucho.