Plaça de la Reina

RESEÑA SOLAMENTE DE LA HISTORIA DE LA PLAZA: Esta plaza es «relativamente moderna» puesto que nació del derribo de varias manzanas de casas en el siglo XIX, pero empecemos por el principio:
La primigenia plaza de la Reina nace alrededor del año 1868 como consecuencia del derribo del Convento de Santa Tecla con el objetivo de crear el espacio necesario para la construcción de la actual calle de la Paz. A consecuencia de este derribo se crea una pequeña plaza triangular que es llamada de «la Reina» en honor a María Mercedes de Orleans, esposa del rey Alfonso XII, que murió en 1878 con tan solo 18 años. Es el día de su boda, el 23 de enero de 1878 cuando toma oficialmente su nombre esta plaza. Con anterioridad a esta fecha la plaza no tenía un nombre concreto, refiriéndose a ella como Plaza de Santa Catalina u Horno de la Ceca.
En el mismo 1878 y con la idea de disponer de una plaza Mayor, en la ciudad, el 23 de Enero de 1878 día de la boda de los Reyes, el Ayuntamiento de Valencia, entre otros actos, comenzó el derribo varias manzanas de viviendas. Lo hizo el alcalde accidental, Marques del Tremolar empuñando una piqueta de plata y colocando diversas placas conmemorativas recordando el acto y la boda de sus Majestades. Así pues la fachada de la Catedral quedó totalmente al descubierto.
No siempre tuvo este nombre pues durante la República se le llamo plaza de la Región Valenciana y durante un corto periodo de tiempo Plaza de Zaragoza. Esto ocurrió cuando esta calle desapareció debido a los derribos necesarios para formar el espacio que conocemos en la actualidad. Como los ciudadanos no se acostumbraron a nuevo nombre y continuaban con el de, Plaza de la Reina, el consistorio decidió volver al antiguo nombre, el de la Reina sin colocare la coletilla de Maria de la Mercedes pues ya hacia tiempo que el ciudadano se habia olvidado del nombre de la titular, como consecuencia denomino la rotonda que forman la confluencia de las Avenidas de Aragon, del Puerto, del Puente de Aragon y la Alameda, con el nombre de plaza de Zaragoza.
En el año 1930 comenzó a funcionar en la plaza de la Reina el primer semáforo de Valencia que era accionado a mano por el primer guardia urbano que tuvo la ciudad.
Otro hecho a destacar es que en la plaza y durante el pontificado del arzobispo Marcelino Olaechea Loizaga (entre 1946 y 1966) fue lugar de emplazamiento de una famosa Tómbola, la Tómbola Valenciana de la Caridad, cuya recaudación iba destinada a la construcción de un grupo de viviendas que pudiera dar cabida a las personas que vivían en chabolas en al antiguo cauce del río; el resultado fue y es, el actual Barrio de San Marcelino, cuyo nombre nos lo recuerda. Con la apertura definitiva de la plaza, la Tómbola pasaría a la cercana plaza de la Virgen. La Tómbola ocuparía este lugar entre 1948 y 1956.
Cuando aún faltaba por derribar el último bloque de viviendas enfrente de la Catedral, se instaló en el inicio de la calle San Vicente Mártir, calle de la Paz y plaza de Santa Catalina (frente a la calle del Mar) una fuente luminosa circular, inaugurada el 16 de marzo de 1959.
En el año 1970 se inaugura el gran parking subterráneo que ocupa la totalidad de la plaza, para ello la fuente luminosa tuvo que ser desmontada y trasladada a los Jardines del Real (Los Viveros) donde aún permanece. Este parking fue iniciado a finales de abril de 1969 e inaugurado el 14 de marzo de 1970. La inauguración corrió a cargo del entonces alcalde de Valencia Vicente López Rosat (entre 1969 y 1973).
Como curiosidad, la numeración de todas las calles de Valencia comienzan por el lugar más cercano a la plaza de la Reina, es por tanto la plaza el punto 0 de la numeración urbana de la ciudad.

En el mismo centro de Valencia se encuentra esta Plaza, rodeado de pequeños y buenos comercios como souvenirs, heladerías, chocolaterías, horno, cervecería, etc…
Una de sus particularidades es que bajo esta gran plaza esconde un parcking público, ideal para esos días en los que necesitas ir a hacer compras express o ir a bailar de fallero en la Plaza de la Virgen y no sabes donde aparcar porque es imposible aparcar en el centro. Eso sí, barato no es ;-) aunque por otro lado, puede salirte más barato aparcar en este parquing que aparcar mal, en zona naranja, o dar mil vueltas con el coche. Sin duda, mi mejor opción para aparcar en el mismo centro.

Es una plaza preciosa pero le pongo 2 estrellas porque está tan petada de gente que cruzarla a veces cuesta dios y ayuda. Subiendo y bajando de la acera, tropezando con grupos de turistas… Por eso muchas veces si puedo la esquivo cruzando por Avellanas hasta la calle del Mar o bien por las callejuelas de la derecha si voy hacia el mercado. Por lo demás lo dicho, una plaza emblemática donde las haya con montones de sitios para sentarte o tomar algo para llevar.
Echo de menos los negocios de toda la vida a los pies de la catedral y me comen los demonios viendo un Mc Donals en lugar de un negocio típico de buñuelos o de horchata. Y algún lugar de comida típica valenciana, como dios manda? Me temo que tampoco. Así que por eso doy una valoración tan pobre. Ahh y tampoco me gustan los carruajes de caballos para pasear a turistas… Horror

La Plaza de la Reina es un sitio de paso, muy concurrido por el entorno maravilloso que tiene de monumentos y edificios señoriales. Puedes distinguirla por los coches de caballos, para dar un paseo, generalmente muy utilizado por turistas. Esta plaza es un buen sitio para iniciar tu ruta a pie por el casco histórico valenciano.
Está ubicada casi en el centro de Valencia. Situados lateralmente al campanario de la iglesia de Sta. Catalina tenemos a la izquierda dicha iglesia, una calle que nos llevará a la Plaza Redonda, al Mercado Central (Edificio Modernista) y a La Lonja de la Seda (Gótico). Recorrido lleno de tiendas de souvenirs, de confección, calzado, panaderías, pastelerías, etc…
Y también rodeada de bares y heladerías esta plaza es cita obligada a ultima hora de la tarde y por la noche.

Esta plaza es la mas aglomerada de turistas, ya que es donde termina las lineas del Bus Turístico, únicas líneas urbanas no operadas por EMT en el entorno utbano junto con las lineas de Metrorbital. Siempre te encontraras con turistas de todos los lugares aqui concentrados, ya que es el centro turístico de la ciudad.
Esta plaza se hizo en los años 50 para ensanchar el acceso desde la calle San Vicente hasta la Catedral. Anteriormente era una calle ancha llamada de Zaragoza, que siempre estuvo repleta de tiendas de mercaderes. Se ensanchó y se convirtió en plaza.

La Plaza de la Reina es otro de los sitios de visita obligada en Valencia. Desde ella tenemos varias opciones, de tipo gastronómico, cultural, paisajístico y social. La única pega es el tráfico que, desde hace un tiempo, se ha limitado bastante, si bien el número de establecimientos de hostelería hace que haya mucho transporte que es inevitable.
Lo primero que llama la atención es la vista de la Catedral y el Micalet o Miguelete, que es el campanario distintivo de la Catedral y de la ciudad. De una altura y belleza descomunales, vigila la ciudad desde su privilegiada situación, y deleita a propios y extraños con el peculiar sonido de sus campanas.
Los jardines que rodean la plaza están franqueados por multitud de establecimientos gastronómicos, de bebida y comida, donde podemos encontrar un poco de todo, aplicando esto a todos los aspectos.
No sólo es digno de contemplar estos monumentos, sino también alguno de los singulares edificios de viviendas que conforman el perímetro de la misma.
En ella confluyen varias calles del casco histórico de la ciudad, algunas con tanto sabor como Corregeria, Cabillers, desde ella parten otras tan conocidas como Carrer dle Mar y San Vicente Mártir, y en ella termina la archiconocida y emblemática calle de la Paz.
En sus límites encontramos a la «novia» del Micalet, la Torre de Santa Catalina, el campanario de la Iglesia de mismo nombre, y donde podemos encontrar alguno de los establecimientos más antiguos y (re) conocidos de la gastronomía típica valenciana.
Por dichas calles podremos acceder a lugares como la Plaza Redonda, la Almoina, o el Arzobispado, y por la calle que rodea el Miguelete y que lleva su nombre, accedemos a la otra plaza referencia de esta ciudad, la Plaza de la VIrgen.
Un lugar digno de fotografíar, conocer, pasear, saborear, pararse a deleitarlo…
En resumen, un lugar digno de que en él viva una REINA

Para mi, uno de los sitios más bonitos de la ciudad para ver. Desde aquí puedes admirar el Miguelete, la entrada de la catedral o la iglesia de Santa Catalina, mientras estás tranquilamente sentado en alguna de las terrazas de los bares que hay por allí.
Personalmente, a mi me encanta venir en fallas y tirarme en el cesped después de la mascletá y hacer mi pequeño pic-​nic particular con mis amigos y disfrutar de un heladito de la Linares.

On my way to see the Cathedral, I realized Palza De La Reina is crazy busy. Too busy for me. It’s crowded with tourists, people hawking things to tourists and awy too much traffic. It is cool to see the mass of humanity up to a point. The tented vendors, then people sitting on the sidewalks, it’s a crazy mix. However if you’re like me you’ll go to take in the architecture, have a chufa horchata, then get the heck out

Hay veces en que ser puntilloso y perfeccionista te estropea la experiencia, y en esta plaza, pasa.
La plaza de la Reina es una plaza nacida (ampliada más bien) en plena época del desarrollismo, a finales de los 60. Para su construcción se perdió la pequeña plaza de la Reina original (triangular, muy coqueta), se arrinconó al peatón a los márgenes (aún hoy para pasar por el centro debes ir adrede), se hizo un parking con enormes rampas (que hipotecan su peatonalización) y lo peor, se destruyó la calle Zaragoza, que proporcionaba una visión de la porta del Ferros espectacular (te la encontrabas al ir andando por la calle, ligeramente curva, enfrente, grandiosa y orientada). Ahora no, ahora de lejos los turistas hacen foto a una puerta orientada a la izquierda y a un muro que en origen no estaba pensado para ser muy visible.
Pero no todo es malo, se dota al centro de un espacio abierto, con muchas terrazas, y lugar de encuentro, que permite además desplazarse en autobús.
Ojalá con los años emprendan una decidida reforma, para que al menos en lugar de ser lugar de paso por el borde, pueda ser un buen lugar para pasear tranquilo, sentarse en el centro y no soportar tanto ruido.

Una plaza muy bonita, visita obligada del turista. Creo que debería ser peatonal, o al menos solo para transporte público, sería infinitamente más agradable. Sentarse allí co la catedral delante y escuchando de tanto en tanto las campanadas del Micalet sería una gozada si hubiera unas terrazas con unos precios decentes… porque vaya clavazos que te pegan… en fin, en un banco mejor.

Mi resumen de esta plaza es: recuerdos inolvidables. Porque cada vez que paso por aquí me vienen a la cabeza las innumerables ocasiones en que he andado por aquí en las distintas etapas de mi vida ¡y las que me quedan!
Cambian los bares, comercios, las personas que caminan apresuradas o los turistas que la visitan con más tranquilidad, pero ella tiene el mismo espíritu de grandeza porque es una reina, ni más ni menos. Esconde con sus grandes brazos callejuelas con muchísima vida y encanto y en su extremo meridional empieza la zona peatonal que da acceso a la plaza de la Virgen y que empieza con nuestra maravillosa Catedral. Desde la plaza de la Reina se puede observar la puerta llamada de «els Ferros» por las verjas de este material que rodean la puerta de entrada a la catedral, es la puerta más moderna y su estilo es barroco. Supone un auténtico monumento dedicado a la exaltación de la Virgen, de la Iglesia y los santos valencianos que aparecen en sus esculturas: «San Vicente Ferrer y San Vicente Mártir».
A mi me encanta ir a la plaza de la Reina y pasear, si es verano me tomo un heladito en Llinares, y si es invierno el chocolate con buñuelos de Santa Catalina es sagrado. En diferente épocas del año puedes ver puestecitos, guardo especial cariño al mercadito de loza y cerámica llamado l’Escuraeta, y que ponen desde la festividad de la Virgen de los Desamparados (segundo domingo de mayo) hasta el domingo del Corpus Christi (mitad junio).
Un amigo arquitecto me comentó que la plaza de la Reina no era plaza y que lo ha sido con la evolución de los tiempos, eso explica la extraña estructura y que no parezca una plaza en sí. A pocos de la Catedral está el Micalet, siempre atento a lo que ocurre en la ciudad ¡si no has subido y eres valenciano ya te vale! y si eres de fuera tienes que hacerlo en tu visita. Reserva el hueco que 200 escalones bien merecen un premio a la bajada.

Esta plaza es muy turística, de hecho tiene una gran concentración de cafeterías y restaurantes normales y de comida rápida. Aquí podemos ver parte de la Catedral, así como a un lado el Miguelete (y abajo Santa Catalina, sitio imprescindible). Si nos dirigimos a la Plaza de la Virgen pasamos por esta plaza, que tiene todavía coches de caballos para los turistas, así como parada obligatoria del autobús turístico.

Allá donde confluyen las calles más importantes de Valencia, Calle San Vicente y Calle de la Paz, en el corazón mismo de Valencia. La Plaza de la Reina
Siempre bulliciosa, siempre alegre. Con sus mercadillos de rajoletes, sus heladerías abiertas, su jardín.
Voy caminando por la Plaza, veo un coche de caballos, y una pareja de novios que se hacen las fotos delante de la fuente. Es un lugar que siempre está lleno de gente.
Viejos edificios han mirado impasibles el paso de los años, fincas rehabilitadas, donde yo he soñado vivir.
Y, al fondo la Catedral. Su fachada gótica, sus filigranas en las puertas… Y el Micalet. Presidiendo toda la plaza. Imponente, grande, alto. Subir al Micalet es algo que todo valenciano debería de hacer una vez en la vida. Y una vez arriba, mirar esa plaza, la de la Reina, el movimiento, la vida.

Es la plaza mas importante si nos fijamos en la cantidad de monumentos emblematicos que la rodean como el Miguelete, la Puerta de Los Hierros de la Catedral, Santa Catalina tambien importantes son las dos calles que confluyen en ella que son la Calle de San Vicente (la mas larga de la ciudad) y la calle la Paz.
En las aceras de ambos lados de la plaza hay gran cantidad de bares, cafeterias, restaurantes y heladerias con terrazas a donde poder contemplar las bellezas del alrededor.
El colorido Jardin central acoge en el mes de mayo la tradicional ‘Escuraeta’ que es un mercadillo de piezas de lozay barro cocido que se realiza en la ciudad desde los tiempos de la conquista de Valencia por Jaime I.