Pons

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7 Bewertungen zu Pons

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Rating des Ortes: 3
Valencia
Le pongo tres estrellas porque la calidad de sus productos es muy buena. Es artesanal y con el sabor que han tenido siempre sus piezas de bollería y empanadillas. No obstante, tengo varios peros. Fui a desayunar con mi madre y mi hermana, ya que ellas ya habían ido después de acabar la reforma y querían que yo también probase. El lugar es privilegiado, esquina de calle Cádiz con Germanias, y más si te pones en la mesa de la pared acristalada, no te dejas a ningún viandante por ver jeje.
Pedimos café con leche y tostadas, lo de siempre, y no tenían leche de soja (raro hoy en día en Ruzafa). Las tostadas nos las sacaron con pan de cereales sin haberlas pedido, ahí acertaron. Donde no estuvieron muy atinados fue en la forma de servir las tostadas. Nos las sacaron ya con el aceite puesto, o bueno mejor dicho, nos sacaron el aceite con las tostadas. Estaban literalmente bañadas en aceite, se deshacían como cuando metes una magdalena en leche caliente, pero sin haberlas sumergido en el vaso. Además, as sacaron con pimentón (que no es muy digerible a las 8 de la mañana la verdad). Le explicamos lo que había y le pedimos que nos hiciera otras sin aceite y que ya le pondríamos al gusto y nos las volvió a sacar igual. Al final mi madre tomó solo café con leche, mi hermana se quedó con mal sabor de boca y yo acabé pidiendo palmeras de hojaldre (que estaban muy ricas, menos mal). Ya veremos si vuelvo a desayunar, con tanta oferta que tiene Ruzafa, prefiero unas tostadas a palo seco que aceite con tostadas para desayunar.
Rating des Ortes: 4
Valencia
Si ya me gustaba este horno, ahora que lo han reformado y le han dado ese toque actual que le faltaba, me entusiasma aún más.
¿Por qué me gusta? Principalmente, porque es un horno de esos que llamamos «de toda la vida», porque el pan sabe a PAN con todas las letras y porque la atención al cliente es amable y cordial, muy de barrio, muy ‘de tú a tú’.
También destacó que tiene mucha variedad para todos los gustos, dulces y salados, aunque creo que destaca por todo lo dulce, pues tiene muchos pastelitos de esos que denomino «con mucho barniz», pero son bellos para la vista y también para el paladar.
Respecto a lo dulce, soy una fan de sus palmeras de chocolate porque son grandes, con una capa más que gruesa de ‘choco’ y riquísimas para esos momentos en los que el cuerpo te pide dulce en dosis elevadas.
Como he comentado anteriormente, lo han reformado, y la nueva decoración es sencilla, coqueta y agradable. Muy chic. Eso sí… Sí que existe un ‘pero’, y es el hecho de que tiene unas largas escaleras hacia arriba para acceder y esperaba que con la reestructuración eliminaran esa importante barrera arquitectónica pero de momento no veo rampa alguna… Por lo tanto, quienes vaya con cochecitos de bebé, silla de ruedas, etcétera, de momento lo tiene un poco difícil. Espero que pronto lo solucionen.
Rating des Ortes: 4
Valencia
Me encanta el lavado de cara que le dieron a este horno cafetería. Está muy bonito, y los dulces y tartas ideales. los dueños estupendo en el trato.
Rating des Ortes: 5
Valencia
Muchos, como yo, habréis pasado millones de veces por la puerta. Habréis comentado el toque kitsch de su decoración ochentera, con croissant en la fachada incluido. Y quizá hayáis tenido el acierto de descubrir que hacen un pan extraordinario.
Pero, más allá de eso, lo reivindico como lugar de desayuno-​almuerzo ruzafero, si lo que se quiere es huir del postureo de La Más Bonita o Dulce de Leche.
Tiene dos mesas con taburetes incómodos, una barra enfrente del mostrador donde tomarse algo de pie y una al final del mismo. Pero lo bueno está dentro y la variedad y calidad es tan brutal como asequible.
Pondré como ejemplo un pedido típico que hago cuando quedo con un amigo: café con leche o cortado, torta sachinosa para mí (coca hecha con manteca y miel de forma artesanal) y hojaldre de manzana para él (megafan de estas cosas y deleitador oficial cuando lo probó por primera vez). Coste total: 5 euros y 10 céntimos.
En la época de los hornos no artesanales, vale la pena pararse en uno de toda la vida, con muy buen servicio y amabilidad, a precios alejados de la inflación que generan los locales chic.
Para mí, referente absoluto
Rating des Ortes: 4
Valencia
Casi tan buena como icónica, esta pastelería — horno se encuentra en un punto estratégico para tenerme «enganchado»: en mitad de la Gran Vía y de camino a mi casa.
Como horno, su producto es (muy) aceptable, pero hacen lo que todos: varios tipos de pan, dulces y salados para el picoteo o para darles buena salida. Es curiosa la gran cantidad de empanadillas que tienen, pero lo que jamás he entendido es la inmensa cola de compradores que a veces llega hasta la acerca de la calle (bajando los escalones de acceso). Porque lo vería lógico si se tratara de gente esperando por hacerse con una bolsa de rosquillas (rellenas) de queso; que son mis favoritas. Donde otras panaderías aprovechan la masa restante del pan y esparcen virutitas de queso y lo meten al horno, en Pons las rosquillas están «rellenas» de verdad de queso. Y eso lo convierte en un lugar de peregrinación obligada.
Rating des Ortes: 4
Valencia
Ni sé cómo empezar a hablar de Pons… está en plena mitad del trayecto que hago todos los días a camino de la oficina.
Por las mañanas es «llamativa», pero teniendo en cuenta que voy en «modus zombie» no me afecta demasiado. Lo más difícil es ya a la hora de comer, cuando voy hacia casa y siento su olorcito de empanadillas acabadas de hacer…
Tienen una gran variedad de pan, de croissants tremendos y sabrosos, y unas cuantas cosas más… pero en lo que se destacan más es en las empanadillas… las tienen de alcachofa, pollo, atún y otras cosas más que ahora de repente no me llegan… ¡pero que estás buenísimas! Dos son suficientes cuando tenemos poco tiempo para comer, o nos tenemos que ir corriendo a alguna parte y no nos da tiempo ni para sentarnos.
La frecuencia con que suelo pasar por ahí, me hace pensar que habrá hasta gente que sabrá cuando sacan las cosas del horno, porque se llena y hay incluso gente en la calle, en la puerta esperando.
Creo que el atendimiento que nos dan, aunque simpático, es el semejante al que nos dan en este tipo de sitios, pero hecho de entrar, poder ver toda la cocina y como se encuentra, también nos da seguridad y transmite confianza en lo que comemos, y claro que los fideliza como cliente.
Rating des Ortes: 3
Valencia
Andando entre horas por el centro, a un amigo y mi nos apretó el gusanillo del hambre, habíamos quedado para comer y no queríamos tampoco darnos el festín una hora antes de comer. Nos desviamos un poco y terminamos en la Gran vía del Marqués del Turia una de las más grandes y transitadas de Valencia. Cuando nos disponíamos a cruzar el inmenso pavimento vimos a en la otra acera un cartel amarillo donde anunciaban unas empanadillas caseras, ambos pensamos que era perfecto para el momento. El Horno Pons ofrece una variedad de empanadillas de hojaldre caseras, como de alcachofas, carne, champiñones, pisto… la verdad que estaban exquisitas y fue un piscolabis de lo más sabroso.
El Horno Pons es bastante amplio para ser un horno donde sirven pan y pasteles, tiene una amplia sala donde atienden a los clientes y una barra en la pared junto con un cristal y sillas altas, donde si lo deseas, puedes comer sus sabrosas empanadillas en el mismo local, también sirven café para acompañar el piscolabis.
El precio no es muy barato pero tampoco te da la sensación de que sea caro, andan a caballo entre el bien y el mal. Las empanadillas, por ejemplo, valen 1.60 euros, quizá por lo buenas que están merece pagar el precio que sea.