Tasca Rogelio

Estábamos en el Palmar un sábado por motivos de trabajo y buscábamos un sitio para comer en plan más económico que el resto de arrocerías y restaurantes que llenan El Palmar. Dimos con este bar pensando que se ajustaba a lo qué buscábamos, pero aún comiendo poco nos resultó carísimo. El dueño nos recomendó un par de tapas en lugar de bocadillos (decía que nos saldría parecido pero comeríamos mejor) Error! El café a 2 €, te cobran el pan aunque no lo pidas; en fin, una comida para dos con dos tapas y dos cervezas, en la que salimos a 27 €. Casi valdría más la pena haber comido arroz en otro sitio…

Es una pena que este restaurante se haya quedado atrás respecto el resto de la zona… Hace unos años estaba mucho mejor, pero ya antes de la crisis (o sea, que esto no puede ser excusa) ya había bajado bastante su calidad.
Da la impresión que les interesa más nuestra cartera, nuestro bolsillo, que nuestro estómago. Las mesas están demasiado juntas y eso no hace nada agradable la pequeña reunión privada que es una comida o una cena. La cristalería y la cubertería están pidiendo a gritos una renovación. El servicio también lo deberían mejorar ya que no resulta nada agradable que te sirvan una ensalada con un desagradable olor a «sudadina».
La cocina podría pasar (suelen tener una matería prima muy fresca), pero los tiempos de espera para los pedidos son impresentables. En otros tiempos era un referente del arroz con bogavante pero hoy en día parece que su calidad es cuestión de suerte.