The Westin

Nice Hotel, but not FANTASTIC. Smallish. Location could be better (not too far from anything, but also not in the heart of it, either) This is likely why it is one of the quieter hotels in Valencia.
Some people might like that… I like my Valencia colorful, and slightly more culture immersive. It’s a nice pick for someone who doesn’t like to gamble, as it is hard to find recognizable «chain» hotels in Valencia, for those seeking familiarity it’s a 4 – 5 star, for me… just «A-​ok»

Referido al restaurante Jardí, comida muy buena a precio de hotel pijo. Unos martinis escasos, unos pinchos fabulosos, una ensalada muy rica, carne y parrillada de verduras como principales a compartir, dos cervezas y dos cafés: 100 €.
Lo malo, trato frío y displicente al llegar (por un momento pensé que nos habíamos dejado la capa de invisibilidad puesta), dificultades para conseguir la cuenta y para pagarla. Sensación de estar de más. ¿Sabéis aquello del azúcar y la píldora? Pues eso. Azúcar escaso como para volver a por otra píldora de 100 pavos. Una pena.

Great hotel, food is stunning, if a little pricy.

I am going to give this one a 5 star… because the place was awesome! The rooms were clean and very spacious. The staff was always willing to go out of the way to help you with anything you needed! The Hotel was situated just outside of the ‘busy’ area, but close enough that we walked there on the days we stayed with them. The decorations were simple, but classy. I will most definitely stay here again!

I only stayed one night but I had the best sleep of my entire trip here! I’m such a spoiled American. I felt at home right away! I am accustomed to Westin hotels in the states and enjoy their amenities. Especially, having an ironing board with an iron in your room. Secondly, a gym with multiple ellipticals and treadmills surrounding a water fountain, wow! The whole spa area which includes the gym exudes relaxation. My pillows were extra fluffy! The staff was welcoming and helpful. It’s the simple things! I will definitely come back to Valenica, stay in this hotel again, and watch a bullfight!

Nice hotel in a beautiful old building. Seems like it’s kinda in an industrial area (no views or fancy shops outside). But, a short walk to the river park and just a little longer to the museums and aquarium. Good food and drinks on par with Westin standards. Breakfast was nicely done. Relaxing little courtyard in the middle with gardens and fountains. Good service as well.

Conveniently located within walking distance of most sites in Valencia. This hotel is only two floors and gives off a boutique hotel feel. The inside of the hotel has a nice courtyard in the middle with a gorgeous garden. Rooms are very spacious. Not sure if all the rooms have it, but our room had a nice patio and hot tub.
Our rate included free breakfast and the options were abundant. They had the usual cereal, granola, fruit, and precooked eggs, ham, bacon, as well as an omelette station.

Uno de los hoteles más lujosos de la ciudad, junto con el balneario de la arenas. Estilo inglés refinado, demasiado pitiminí para mi gusto.
He estado varias veces comiendo en uno de sus restaurantes de menú del día y disfrutando de la terraza y su solecito de primavera. Su terraza es lo mejor del hotel y su spa es de una cadena que tiene varios spas, en distintas ciudades españolas.
A veces vale la pena gastarse ⁴⁄₅ euros en un café y disfrutar de una terraza sin igual o de un menú del día por 18 euros
Derrocha lujo por sus pasillos (con mármol por los 4 costados), ya que puedes ver vitrinas de cartier, rólex, peleterías y toda clase de tiendas donde pueden comprar muy pocos.
Da alojamiento a las celebrities nacionales e internacionales que se dejan caer por la capital y ha sido escenario de varias películas como es «didi hollywood» de Bigas Luna.

Fue el escenario de mi cena de gala al licenciarme en la universidad, y guardo un grato recuerdo de él, que no proviene únicamente de la emoción propia del evento.
Como salón de celebraciones es elevadamente lujoso, tanto como se le presupone por su fama. La sala en la que cenamos estaba enteramente cubierta por una bonita moqueta, que se extendía hasta el espacio reservado para la barra libre y el baile posteriores. Las mesas, las butacas y todo el mobiliario se hallaban adecuados perfectamente al estatus que esperaba de una fiesta de etiqueta.
Lo mismo que sucedió con la comida. Acorde con el precio que hubimos de abonar (60 euros), el menú fue exquisito. Desde el vino que lo acompañó, hasta los entrantes y el plato principal. Por supuesto, como suele ser norma, exceptuando éste último, los distintos aperitivos que nos sirvieron eran tan deliciosos como exiguos. Sumados a la carne posterior y al postre –un manjar-​, no obstante, la cantidad era sobradamente copiosa.
Si volviera a graduarme, no me importaría en absoluto repetir la experiencia. Para los que quieran llevar a cabo alguna reunión o un convite, y dispongan del presupuesto imprescindible, el Westin no falla.

Es el lujo hecho hotel. Hablamos de mármol, de espejos, de lámparas de araña, de vitrinas incrustadas en las paredes con complementos exclusivos o de muestras de arte que solo se pueden contemplar aquí. Pero que nadie se equivoque, no hablo de ese lujo ostentoso, hortera, que más que dinero demuestra mal gusto. En el Westin cada detalle está en su sitio y no sobra ni falta nada.
Su arquitectura es lo primero que llama la atención. No se trata del típico edificio de 200 plantas con fachada de cristal, es un antiguo edificio histórico del siglo XIX que se ha restaurado y se ha transformado en este hotel de 5 estrellas y con tan solo 135 habitaciones.
En el hecho de tratarse de un edificio singular reside gran parte de su atractivo. Una entrada espaciosa deja ver un gran patio lleno de vegetación al fondo y a izquierda y derecha parten sendos pasillos que llevan a las habitaciones y a las zonas de restauración. El hotel cuenta con salas de conferencia, salones para banquetes y una zona de salud y bienestar con piscina, sauna, hidromasaje… y todo lo que podamos imaginar para sentirnos bien. Sin olvidar el restaurante, Rosmarino, con una cuidada carta.
Tuve la suerte de poder disfrutar de una de las habitaciones Gran Deluxe con Jacuzzi, totalmente recomendable para los que se lo puedan permitir o para darse un capricho, en mi caso fue uno de los mejores regalos que me han hecho. Estar en una habitación enorme, con todo tipo de comodidades, salir a la terraza para entrar en el jacuzzi sin más techo que el cielo de la ciudad y con una copa de vino en la mano, toda una experiencia.
Mención aparte merece la cama, se trata de la Westin Heavenly Bed. El nombre, aunque al principio te da la risa, está muy bien puesto, nunca en mi vida había dormido en una cama tan cómoda. Está en todas las habitaciones, por lo que no es necesario pagar el precio de una suite para disfrutar de una noche de descanso único.
El Westin no está al alcance de todos los bolsillos, cuesta un mínimo de 135 euros la noche, pero lo recomiendo a todo aquel que pueda pagarlo. Ahora hay ofertas para las Navidades que están muy bien.
Aunque parezca lo contrario no tengo participaciones ni soy socia del hotel, simplemente me encantó. Algún hotel que otro he visto, y creo que el Westin no decepciona y tiene bien ganadas cada una de sus estrellas.