Restaurante típico castellano, de muy buena calidad, pero sólo lo pongo tres estrellas porque el precio es desorbitado, yo creo que en parte por el renombre que tiene desde hace muchos años. Sirven un lechazo de muy buena calidad, tierno y sabroso, aunque los hay mejores, pero está muy rico. A mí me gusta pedir un primero ligero y pasar directamente al lechazo, o incluso pedir directamente el lechazo con una ensalada. Es la manera en que más lo disfrutas y ya que te vas a gastar un pastón, es mejor tener hambre y disfrutarlo a tope. Gran variedad de postres y una extensa carta de vinos de buen nivel, de ahí el precio, claro.