Finca Viladellops

El Macizo del Garraf fue hace millones de años el fondo de un mar ancestral, prolífico y enorme, donde miles de fósiles vivos habitaban unas aguas predestinadas al cataclismo telúrico. Menos millones de años después, ese fondo surgió del mar hasta doblegarse en lo que hoy conocemos como «El Garraf», un macizo litoral de caliza y roca donde se asienta Viladellops y donde los restos de aquellos moluscos se hayan incrustados en una tierra que ahora es montaña y viña.Vamos a Viladellops invitados por Marcello Desvalls, un hombre cuya sangre ha sido vinificada por la tradición familiar que un día hededó porque según sus propias palabras «esto no debe perderse». Marcello habla claro, se explica facil y te hace sentir extremadamente cómodo, aunque su sabiduría y sus comentarios sobre el vino y su mundo sean enciclopédicos. Marcello no calla, no cansa, no aburre, al contrario, podrías estar escuchándole hasta el próximo cataclismo telúrico, o incluso más allá.Bajamos a las viñas donde se elaboran los vinos de Viladellops, las Garnachas, los Xarel. los y el «Turó de les Abelles». Marcello se explica: «Viladellops intenta mantener el equilibrio ecológico que le permita elaborar unos buenos vinos, dentro de la mejor tradición enológica». Las viñas están cuidadas. Dada la proximidad del mar, son cuidadosamente podadas para permitir la máxima aireación y evitar las enfermedades que un viento húmedo y salino podría propiciar. Controlar el vigor de la planta es sinónimo de buenos vinos, porque ese mismo viento marino tiene mucho que ver en la calidad final del vino. Finca Viladellops es Celler de Vinos desde 1877, época en la que el ataque de la filoxera en Francia hizo que los vinos españoles fuesen exportados en grandes cantidades al resto de Europa. En 1,999 recuperan las variedades autóctonas, el Xarel. lo y la Garnacha y replantan las viñas cuidando su distribución. Las Garnachas en las laderas, los Xarel. los en fincas separadas. Labran poco la tierra para mantener el ecosistema intacto y ceden parcelas para el cultivo de forraje a cambio del estiércol que van a producir los animales alimentados con él. En fin, son vinos de «terroir» donde suelo, clima y uva forman parte de un todo integral. Marcello nos dio a probar todos sus vinos, desde los más simples hasta los más elaborados. Todos nos parecieron excelentes, pero si hay que apostar por alguno de ellos, nosotros nos quedaríamos con el Xarel. lo XXX, un coupage de uvas Xarel. lo 100%, procedentes de tres fincas distintas, vinificados por separado y unidos al final para crear un vino elegante, fresco y exquisitamente largo. Un auténtico placer. Si tenéis la oportunidad de ir o pasar cerca de Viladellops acercaos hasta el Celler. Siempre seréis bien recibidos y mejor tratados.