2901

totalmente recomendable, buena atencion, exelente comida y los precios inmejorables. No irse sin probar el matambrito de cerdo a la portuguesa.

Llegamos a este lugar por medio del libro de Pietro Sorba sobre bodegones de Buenos Aires que compró mi progenitora. A simple vista se trata de un lugar normal, no hay mucho para destacar de su aspecto. Pero no salimos a comer sólo por la facha del local, lo más importante es la comida, ¿no? Por eso pedí el plato recomendado por el libro: el bife con papas y batatas asadas. No sé bien qué esperaba recibir, pero lo que comí superó mis expectativas. La carne era muy sabrosa, y la guarnición estaba muy bien hecha (quiero destacar que las papas eran crocantes por afuera y tiernas por adentro, una perdición).
El menú es sencillo, son comidas comunes y corrientes, pero no por eso poco elaboradas. Las porciones son muy abundantes, les recomendaría compartirlas. Es un lindo lugar para visitar con la familia, cuando nadie tiene ánimos de cocinar pero coinciden en que quieren algo casero, con sabor a «hecho en casa». La atención no me pareció nada del otro mundo, era normal. ¿Los precios? Accesibles.

Vale la pena volver de vez en cuando a los bodegones, te hacen acordar que la comida es rica, la atención puede ser amable y eficiente y lo que nos hace feliz no es tan complicado. Pedir una porción de milanesa a caballo, una tortilla de papa o una tira de asado, es en un bodegón algo que no trae complicaciones pero nos deja contentos.
2901 es uno de los bodegones más emblemáticos de Nuñez, se sirve buena comida, a un gran precio y con la posibilidad de no tener que pelearte con un mozo –que pasa casi siempre en los locales pretenciosos– Así las cosas, 2901 tiene opción de comer afuera con un toldo ochentoso y disfrutar un poco de los placeres de barrio. No hay mucho más que decir, probablemente lo único que le falte a este bodegón –o a todos– es un café decente para la sobremesa, todo lo demás es impecable.

Entre tanta sofisticación gastronómica, a veces pasamos por alto el encanto del bodegón de barrio. Este rincón de Nuñez tiene una oferta vasta de «platos de la abuela»: desde pan de carne, hasta tortillas, milanesas, carnes, pastas, albóndigas, matambritos, flanes caseros y budín de pan. Dejando atrás las descripciones poéticas y elaboradas tan frecuentes en los restaurants «de moda», acá la ensalada se sirve en plato de metal y con vinagre.
El local no impresiona por su pinta, pero su cocina destaca por su sabor y aroma a domingo en casa. Las porciones son grandes, los precios accesibles, y la atención muy amable y expedita. Ya sea para una reunión con amigos, una cena con familia, o un almuerzo de domingo sin ganas de cocinar, este es tu punto de encuentro.