Mi colectivo llegó una hora antes de lo planeado y tuve que hacer tiempo en Retiro. Así llegué a A gusto, el bar ubicado en casi el extremo inicial de la estación rodoviaria más grande del país. Muchas mesas. Posta, muchas, más de 35. En una estación donde llega y se va tanta gente todos los días, esto es un diferencial importante. Entre esas mesas, cuatro mozos surfean constantemente para atenderte relativamente rápido y para traerte las cosas que pedís con mayor celeridad aún. En mi caso, rico café, ricas y muy sabrosas medialunas. Todo esto a un precio que, entendiendo estamos en una terminal de viajes, es bastante razonable: $ 48. No había menú así que no pude chusmear mucho, pero si vi mesas pidiendo cappuchinos y submarinos que se veían bastante bien. La atención, correcta. Si andás por acá y tenés que hacer tiempo hasta que salga el Cacorba, te lo recomiendo.