Alamtec es un buen ejemplo de los riesgos de «casarse» con un nombre atado a algo muy de un determinado tiempo y lugar. Verán, si bien hace años que intentan imponer su nueva marca, para la gente«del palo», Alamtec es, fue y siempre será «La casa del transformador». Y de hecho, sigue siendo EL lugar para ir a buscar un «trafo»(como le decimos los que sabemos(¿)), pero también es mucho más: para empezar, hace ya años que la principal necesidad de transformadores es para las fuentes de alimentación de las computadoras, y no hay mejor lugar en Buenos Aires para ir a proveerse de una fuente. Luego, la necesidad de transformar electricidad se transformó en la necesidad de estabilizarla o de proveer un servicio sin interrupciones, y así aparecieron los estabilizadores, UPS y bichos similares. Tanta cosa de informática finalmente termino por transformar a la «antes conocida como la casa del transformador» en una casa de informática hecha y derecha, una de las mejores de Buenos Aires, de hecho, y apoyada por la larga trayectoria, en lugar de los boliches golondrina que aparecen o desaparecen con cada devaluación o cambio de tecnología. Siguen siendo además el mejor lugar para mandar a hacer un trafo a medida de ser necesario, ya sea para electrónica o para usos industriales, y hay pocas casas que se dediquen a esto y atiendan al público sin intermediarios.