Almacén de Antojos

Voy seguido al almacén de Antojos porque me encanta la deco minimalista y el aspecto a almavén de los 60s que tiene por fuera el local.
La petit pastelería es exquisita. Se destacan los cuadraditos o porciones de torta rectangulares con mousses frutales. Son una delicia. Los panes son caseritos. Entre mis preferidos están el tostado de J&Q en pan de salvado y la torta de mousse de maracuyá. Tiene varios licuados y jugos naturales para elegir.
Los precios son normales, algo raro por Colegiales R.
La contra e que no aceptan tarjetas, sólo cash.

Excelente atención y ambiente, por sobre todo. La comida estuvo brutal, desde el principio hasta el final. El menú del día que probé yo, un pancho con pan casero, palta y queso y chucrut, y papas al horno con queso cheddar, estaba tan espectacular como suena. Y como para rematarla, barato! Cosa que no se encuentra seguido en Belgrano R/​Colegiales. Dos personas comimos por menos de 100 pesos cada una, cosa que no se ve muy seguido. Altamente recomendable!

Caí de casualidad buscando un lugar para almorzar cerca del Sanatorio Colegiales pero lejos del caso de Avenidas. Tienen Menú de bebida, postre y plato a un precio más que razonable por la zona donde esta ubicado. Pleno Colegiales. Lo lindo es almorzar y ver para afuera, adentro es íntimo, reciclado, alto, invita a descansar.
Probé la sugerencia del día: una merluza en papillote con vegetales asados: suave, muy bien condimentada con una elección de vegetales acertada. La limonada que acompañó deliciosa. El postre de frambuesa y chocolate fue una combinación interesante de texturas más que de sabor: un estilo de bizcochuelo denso con una crema helada.
Me quede con ganas de más para la próxima. Volveré !

Voy muy seguido porque tienen menús distintos todos los días para el almuerzo y son siempre excelentes. Se nota la pasión por la comida y las ganas de probar platos con toques gourmet. El precio es muy bueno también. Un consejo, no se pierdan las medialunas ni los mataron (que te los arman en el momento!)

Buscaba un lugar donde desayunar por Belgrano R/​Colegiales y, ¿dónde me fijé? En Unilocal,por supuesto. Conocía al resto que estaba reseñado pero no a Almacén de Antojos. Bueno, probemos, tiene puntuación alta y quiero algo dulce.
La primera impresión, debo admitir, no fue la mejor: la puerta estaba cerrada con llave y cuando nos quisieron abrir, se les trabó. Cuando finalmente pudieron encontrarle la vuelta –literal y metafórica– a la llave, elegimos mesa al lado de la ventana, con unas sillas un tanto incómodas por ser de caño y no tener almohadón en la espalda. Bueno, vamos a ponerle onda.
Un sandwich con un jugo de manzana + naranja + menta y un café con leche con una medialuna. Y sólo hizo falta probar la punta de esa medialuna para caer rendida a los pies de Almacén de Antojos: esponjosa, con almíbar adentro –sí, adentro– de la medialuna, suave, dulce pero no empalagosa … una maravilla. El jugo, aunque le faltaba la menta, estaba también riquísimo y el café con leche era de esas palanganas que sirven para evacuar cualquier rastro de sueño, aunque sea por un rato. Listo, vamos a por las cuatro estrellitas.
La atención es súper súper amable, se nota que quienes van son clientes asiduos –un chico con bigotes Dalí style se sentó y ni tuvo que pronunciar palabra para que se le apareciera un café chico sobre la mesa-​, hacen caterings y los platos del día rondan los $ 65 sin bebida. El barrio, tranquilísimo, acompañà la natural simpatía que proclama el lugar. Para volver.

Los lugares que están en Colegiales siempre suman puntos por su ubicación. ¿Por qué? Es muy simple: es mi barrio y todo lo que haga aún más lindo a mi barrio me encanta.
Este café está justo en la esquina de Zabala y Zapiola. Siempre está llena de gente almorzando, merendando, tomando un café — ¡lo que sea! Por alguna razón tardé meses en probarlo pero la verdad se ha convertido en mi lugar preferido.
El local en si es antiguo pero reciclado de una forma que se nota sus raíces igual. Tiene ventanas enormes por las cuales entra mucha luz, el piso original e incluso rejas para las ventanas que parecen ser de otra época.
Llevamos nuestros compus/​libros para trabajar e inmediatamente la moza nos vino a dar la carta y saludar. Hay que destacar que son todos muy amables y atentos. Después de preguntar DE TODO para elegir la tarta que queríamos (muchas tiene una pinta tremenda) nos decidimos por la de brownie con mousse de chocolate. Estuvimos tentados por las medialunas así que sumamos dos y dos cafés con leche. Resulta que las medialunas las hacen allí y ahora son mis preferidas del barrio. (Son esas que son más gruesas y esponjosas, con solo una leve capa de almíbar.) Nos encantó la tarta, especialmente el mousse arriba. También me sorprendió lo rico que era la galletita que acompaña el café.
Dice online que se cierren a las 19 los sábados, pero se quedaron abierto una hora más. ¿Será por buena onda? No sé. Voy a volver para almorzar. Parece uno de esos lugares que cocina simple pero rico

Esta petit pastelería podría estar en cualquier esquina de París, pero por suerte para nosotros la encontramos en Colegiales.
Lo primero que voy a resaltar del lugar es que suelen tener mucha onda y amabilidad a la hora de atenderte y eso siempre suma.
El lugar es chiquito con mucha estética de barcito romántico. Es ideal para escaparse en pareja un mediodía y disfrutar la tranquilidad del barrio. O ir a charlar con amigos.
Se especializan en pastelería y en ¡presentaciones!
Desde la vidriera ya podés chusmear todas las cosas ricas que hay. Tortas con cobertura esponjosa, galletitas (a veces hacen unas de naranja y chocolate que son de lo mejor), medialunas caseras y los famosos macaroons multicolores. Yo no soy muy fanática de ellos pero la verdad siempre es lindo verlos uno al lado del otro formando fila en cajas para llevar.
Almacén de Antojos hace catering dulce y salado. Si te interesa la cocina– y en especial la pastelería este lugar ofrece talleres y cursos para que mientras cocines te chupes los dedos seguro.
Al mediodía ofrecen almuerzos con onda y abundantes por unos sesenta pesos. Tienen licuados de frutas combinados con colores súper llamativos.
Ahora también tienen una sucursal en Nuñez (Manuela Pedraza 2311).
Lo que me gusta de este lugar es que si te pedís un café con leche viene con una galletita como para acompañar, más allá de lo que te pidas.