Ya como su nombre lo indica, este pequeño y mágico local de San Telmo se dedica a la venta y asesoramiento sobre productos fotográficos y cinematográficos antiguos. Si bien el espacio es reducido, cuenta con una gran colección de cámaras analógicas, que sin lugar a dudas son el sueño de cualquier fotógrafo. No les van alcanzar los ojos para poder admirar todas estas reliquias. Hay cámaras de distintas marcas tradicionales como Leica, Rollei, Canon, Nikon, y de distintos formatos. También Polaroids de varios modelos. Aunque el valor añadido que tiene este lugar es sin lugar a dudas el asesoramiento profesional que brindan a todos sus clientes. Mi novio me regalo para mi último cumpleaños una Polaroid, modelo 1000. El popular modelo de los ´80 que siempre había soñado tener. Empecé a sacar y como el resultado no era óptimo decidimos visitar el local buscando asesoramiento. Ahí fue donde conocimos a uno de sus dueños, un señor mayor que nos atendió muy amablemente y nos contó la historia de la cámara y su completo funcionamiento. Me recomendó experimentar libremente con ella, así lo hice y quedé chocha con los resultados. Además durante nuestra visita nos mostró parte de la colección privada de cámaras del negocio, que por supuesto no están a la venta. La que más llamo mi atención fue una cámara de mujer que incluye un set de maquillaje compuesto por el lápiz labial, polvo y espejo. Un chiche encantador. También forma parte de esta colección una cámara espía en forma de encendedor, muy original y que nunca había visto antes. Visitar este lugar es realmente una experiencia enriquecedora, porque más allá de que les gusten o no las cámaras, el conocimiento que tienen todos sus dueños es admirable y digno de escuchar.