Bar Seddon

We loved this spot. Super hipster and tourist friendly. The food is great for quick bites before a nite out. We had the calamari and garlic fries which were a really decent size. We ordered a third item and were really full before it came out. The beer is decently priced and the staff is super friendly. Would definitely recommend this to anyone looking for bites before a night out. Also the atmosphere is super. It almost feels medieval with all with the candles and the statue décor all around. Love it!

This place was a find.
We came during the day, late lunch. We were lured in because the décor of old and rustic; it really appealed to us. But it turned out the food was very good too! The «rabas» (fried calamari) were so tender that it was hard to believe you were not at a place by the shore. We didn’t try the regular meals, just the pizza and some salads, both very good as well.

Hermoso lugar en una esquina para sentarse a tomar algo a la noche. La cerveza la sirven bien fría y las picadas son geniales. Tiene una arquitectura hermosa y contrariamente a mi primer prejuicio (por la zona y el lugar) no es caro. Los findes cierra bien tarde (5 de la mañana).

Tan bello arquitectónicamente como su predecesor en Retiro, tal vez úcula y. Aquel tenía una fauna de habitués más arty y bohemia. Este, en Defensa y Chile, tiene el público más heterogéneo de San Telmo, mezcla de turistas y porteños paseando.
Tomé cerveza tirada (no ofrecen mucha variedad). El sandwich de jamón crudo y queso estaba muy rico y barato ($ 50 en agosto de 2015), en pan caliente y acompañado por rúcula y papas al horno sutilmente picantes.
Buen wifi (contraseña chileydefensa) y amable atención de las dos mozas que me tocaron.
El piso en damero, las paredes con revestimiento de madera, los ventanales enormes con cuadrículas de vidro enmarcadas en madera son dignos de disfrutar.
Hay música tecno discreta y a bajo volumen, lo que no irrita y genera una contradicción interesante con la ambientación.

A really lovely bar as far as deco goes…
Ohhhh but the steak a la moutarde is just about up there with magic unicorn status. The meat is like butta’ and the spicy mustard is the perfect ‘cut’ for all that butteriness.
Just around the corner from my old place, I was there 3 nights a week to kave a drink with a pal, and at least 50% of the time we’d end up eating that damn delicious steak.
I miss bar Seddon and the lively atmosphere. Located in the little nightlife area of San Telmo with lots of other restos and bars around.

Soy lo suficientemente grande como para acordarme del «viejo» Seddon, el que estaba por el bajo, un lugar bohemio para tomarse una cerveza o un vino, rodeado de artistas, pseudo hippies y expats. A pesar de vivir a pasitos del «nuevo» Seddon, que no tiene nada de nuevo, nunca había ido, y ahora veo que bien que hice.
Como mencionan los otros comentarios el lugar es preciosos, de época, bien cuidado, pero me extrañaba que un viernes de after estuviese vacío.
El problema es que ya no es «el lugar loco», es un bar más de San Telmo, donde te atienden horrible, y tienen pocas opciones: línea Quilmes nada más, en botella o tirada, y en la carta figuran una Otro Mundo que directamente no tienen, o una Corona que «nos está faltando». Los días de sin opciones en cerveza ya no existen, especialmente cuando a menos de 300 metros tenés opciones artesanales, en lugares igualmente lindos y por el mismo precio.
Y reitero, no hay necesidad de atender tan mal, especialmente cuando hay solamente dos mesas con gente.
Decepcionante.

Pasé por la esquina un sábado a las 6 de la tarde y me sorprendió que estuviera cerrado. Desconcertada, me quedé en la puerta y entablé conversación con un muchacho que estaba esperando igual que yo, pero que resultó ser uno de los camareros a la espera del resto de la crew. Me dijo que enseguida abrían, así que esperé. De paso, me facilitó la contraseña de internet para ir usando mi tablet hasta que abrieran las puertas :)
Este bello antro de San Telmo, locación elegida por Inés Braun para la introducción de la película «La Ronda» –con una Sofía Gala espléndida– es hermoso por donde se lo mire. Su fuerte, a mi criterio, es la ambientación –no tanto la propuesta gastronómica-​.
Opté por un café con leche (que estaba un poco frío para mi gusto) y un alfajor Cachafaz de maicena, que nunca antes había probado -¡qué ricos son los Cachafaz!- porque las medialunas no estaban frescas, según me dijo el mozo, y por eso ni me las ofreció.
También me dijo que estaba muy bueno el tiramisú, pero como era un poco caro, preferí probar el famoso alfajor.
Como había llevado un texto para estudiar, elegí una de las mesas que dan a la ventana, con una luz natural muy cálida. El problema es que a medida que se fue oscureciendo la luz eléctrica no me acompañó así que quedé en penumbras (claramente no es un bar piola para leer de noche).
La atención fue muy cordial. Igual lo que yo destaco son las infaltables sillas Thonet, el candelabro con cera derramada que está sobre la barra, el piso de antaño con cerámicos negros y blancos y los ventanales enormes que dejan ver el movimiento de uno de los barrios más lindos de Buenos Aires.

Ya por el edificio, vale la pena entrar. Y uno no necesita muchas razones para hacerlo. Casona antigua, decorada con elegancia y especial atención a los climas que generan las luces.
Si bien es un clásico para las noches, con una barra interesante, lo frecuenté más durante el día.
Mesas de madera, ventanales más grandes que las puertas, son el marco para tomar una cerveza con amigos, una charla de a dos o una merienda como en cualquier cafetería.
En una de las esquinas con más vida de San Telmo, no es nada despreciable ver bajar el sol rebotando en los adoquines y el transcurrir de los que pasean desde las sillas de un bar ya a esta altura legendario.

Declarado de interés cultural por la Legislatura de la Cuidad de Buenos Aires y treinta y cuatro años de historia es un lugar mágico que deben visitar.
Tiene estanterías antiguas de farmacias que alojan vino y whiskies, una campana de un barco inglés, un reloj de la estación de retiro y la barra que es espectacular perteneció al Banco Nación.
Además cuenta con varias mesas y la luz que presenta hacen al lugar cálido para un encuentro, charla y vinito entre amigos o una previa en la barra es ideal.
Sus arañas y apliques te los vas a querer llevar a tu casa, como así los bellos espejos biselados y esculturas espectaculares.
Fui varias veces y siempre opté por la picada y la tortilla que me encanta acompañado por una cerveza o vinito