Si no son habitués del Hipodromo de Palermo es muy probable que no conozcan este lugar. Yo sí, soy re habitué, amo los burros. No, mentira. Pero fui varias veces a este restaurante con compañeros del trabajo a festejar año nuevo. Es una buena opción para cuando son pocos como nosotros porque van a comer y después se van a jugar a las maquinitas. Batacazo Bistró es muy cumplidor. El ambiente es muy lindo, nada sórdido como uno se imaginaría un restaurante adentro de un lugar lleno de jugadores empedernidos. Es austero y prolijo y no se escucha nada del bullicio de afuera. Lo cual es muy bueno porque las salas de slots del Hipodromo son enloquecedoras. Si reservan pidan que les separen una mesa en la cava. Es un salón chiquito y circular con pocas mesitas y con todas sus paredes llenas de vinos. Pueden elegir mirando lo que hay es que lo que van a tomar. La comida es riquísima. La carta es acotada pero todo es de muy buena calidad. Recomiendo la entrada de mariscos fritos que trae rabas y langostinos entre otras delicias con una salsa tártara muy rica. Hay pescados, carnes, pollos, pastas, en fin, comidas sencillas y no tanto, para todos los gustos. Me parece que está lindo para un cumpleaños familiar o para una cita en la cual quieran sorprender al otro.