Caballito

Tardaron demasiado en atender. La atención no fue nada del otro mundo. Precios acordes con la zona (caros, de por sí) y calidad mediana. Buena ambientación.

Tipico café de Buenos Aires. Ofrece lo básico y no te decepciona.
WiFi gratis, y mozos de los de antes es decir atentos y rápidos.
Recomendable si no tenes ganas de chasquearte haciendo pruebas por otro lado.
Un plus son las mesas a la vereda que los días de viento y frío quedan cubiertas para comodidad del comensal.

Capaz es uno de los lugares en buenos aires que conserva el estilo de «restaurante de antes». Da la sensacion que la gente que trabaja ahi esta hace mucho y los clientes son tambien los de siempre.
Voy muy seguido a comer pizza, es increible!!.

Es el clásico restaurante de esquina, y un clásico de la zona. Está hace por lo menos unas décadas, y los mozos son los mismos de siempre. Todos hombres — de unos cuantos pirulos en su mayoría– de los que saben hacer bien su trabajo y ofrecen buena atención. El ambiente se acopla a la generación del personal, la clientela adulta-​tercera edad es la que predomina.
El local no tiene nada especial, de hecho no suele estar muy limpio y hay mucho olor a comida. Los baños son un sauna, el calor que hace es algo que no se entiende. Lo único por lo que vale la pena sentarse un rato –si algo te lleva por la zona sino mejor ir a otro lado– es para tomar una cerveza en el salón o las mesas de afuera, que viene bien fría y con varios platitos de snacks para picar.
Las pizzas son su especialidad, al molde, bien calóricas y pesadas pero ricas. Con dos porciones estas hecho. La mejor es la napolitana con jamón, y para los amantes de la fugazzetta, la de Caballito es imperdible. La suprema a la suiza es muy buena, las tartas para mí tienen sabor a viejo, y el sándwich de lomito… bueno, he tenido mejores. Los precios tiran más bien para arriba, una pizza de muzzarella comunacha está a $ 120 mas o menos. Seguro más que menos.
Hacen delivery en la zona pero a armarse de paciencia porque claramente no tienen base de datos. Cada vez que llamás te piden nombre, número y dirección.

Pizzería y restaurante bastante concurrido del barrio. Las pizzas y las minutas salen bien, no así los platos más elaborados, para mí demasiado aceitosos y pesados.
Las tartas muy ricas pero también, una bomba. Empanadas buenísimas.
La atención es correcta y rápida, los mozos tienen años trabajando ahí. El salón es oscuro, pero las mesas de afuera están buenas y bien resguardadas del frío en los meses de otoño e invierno.
Delivery y precios moderados tirando a altos.