Sergio Vera

Con la quiropraxia siempre tuve mis miedos, pero un dolor horrible en las cervicales hizo que confiara en una compañera de oficina y fuera a verlo a Sergio. En principio me dio una buena impresión, ya que se mostró dispuesto a darme un turno fuera de su horario entendiendo mi problema.
En sí, el consultorio no es ni lindo ni modernos, está un poco desprolijo y lleno de fotos y plantas. El masaje y quiropraxia me encantó, fue despacio porque sabía que nunca lo había hecho pero completó todos los movimientos. Como paciente fue un poco impresionante escuchar sonar las vértebras, sobre todo las del cuello (todos recordamos lo que le pasó a Superman) pero la sensación del depués fue muy placentera (tanto que me volví caminando 50 cuadras hasta mi casa… walking on sunshine!). Me contó que atiende mucha gente de oficinas con el mismo problema que yo, causado por estas muchas horas sentados así que me relajé.
Cuando llegó la hora de pagar, me sorprendí para bien, era mucho más barato que una consulta con un osteópata o un kinesiólogo.
Estresados, ¡llamad!