Café tradicional donde podes tomar un cortado, un café con leche con medialunas, un tostado y leer el diario. No esperes cupcakes de pera y jengibre ni nada de eso, acá es todo sencillo pero no por eso menos rico. Siempre hay diarios y revistas disponibles para chismear mientras tomamos un café calentito. La atención es esmerada. Lo que más me gusta es que hay vecinos que son habitués del lugar y van hace años y años.