Farinelli

Love this place. Fresh baked goods, quiche, wraps, coffee, fresh squeezed juice, etc. Located on the corner of great Polermo neighborhood. There’s a small inside dining area and some outdoor sidewalk seating. Come here for some delicious and diverse cuisine.

Tanto tortas como sándwiches son exquisitos… Los ingredientes son siempre frescos y las recetas tienen un toque muy particular. hace que quieras volver volver y volver. Innovan mucho con las combinaciones sin defraudar. En sus recetas abunda el uso de frutos secos. Preparan tortas sin harina (aunque no aptas celiacos) que son increíbles.
Aceptan tarjeta y ofrecen casi todos sus productos para llevar en packaging adecuado.
El local de Bulnes es particularmente muy pequeño aunque con su encanto.
Tiene las 5 estrellas super merecidas!!!

Lugar chiquito y bien puesto, con una dinámica distinta y práctica! Porciones chicas que uno elige del mostrador, para llevar o comer, teniendo así la posibilidad de mezclar y probar distintas delicias.
Desde una bondiola de cerdo que se desarma con el tenedor, un sándwich de Brie rúcula y pesto, a sopas y ensaladas, hay porciones para todos los gustos incluyendo también opciones para los golosos de dulces.

Farinelli es todo lo que esta bien. Aunque los precios no son tan accesibles (depende para quien, claro) Todo es tan fresco y delicioso. Las porciones estan muy bien en ensaladas, en sándwich son normales y si sos de gran paladar te van a parecer chicas. Lo bueno es que gracias a las porciones podes mezclar y comer un poco de todo lo rico que tienen. Y es ideal para almorzar. Es cierto que hay dias que esta llenisimo y las mesas son pocas. Pero vale la pena esperar. Entre mis preferidos salados, ensalada de fideos con brocoli o berenjenas, el sandwich de lomo, la tortilla de papas, y la sopa de zapallo. Los arancini y el bagel de salmon. Y asi puedo estar todo el día. Entre lo dulce, a la torta de chocolate sin harina me dan ganas de abrazarla, los scones y el frangipane de pera. Algo que me parece útil es que todos los dias ponen la carta en el facebook.
Para el verano las limonadas

Great little find, on a corner near a hospital. Competition is tough; there are two cafes on the neighboring corners.

Divino lugar. Chiquito pero muy lindo, bien decorado, luminoso, te sentís cómodo siempre. Ya de afuera te llama la atención, parece sacado de una película filmada en NYC.
Las opciones de desayuno son de mis preferidas en la zona.
Podes consumir ahí o comprar para llevarte.
Los precios son accesibles
Mi preferido, es muy básico, pero nunca probé en ningún lado un scon tan rico como los que hacen en Farinelli.
Lo único que le reprocho al lugar es que no tiene mozos que te tomen el pedido y lo tenes que hacer vos en la caja.

Farinelli es uno de mis lugares favoritos de Buenos Aires, lo descubrimos hace un poco más de un año, buscando una cafetería que sirva Nespresso.
Es un lugar que si no lo estas buscando no lo ves. Tiene pocas mesas y podría pasar más por una especie de Delivery-​goes-​takeaway que por una cafetería, pero eso es parte de su encanto.
La comida es, sencillamente, deliciosa: tanto lo dulce como lo salado. Se nota que es casero y del día. Lo único malo –que en realidad es bueno– es que una vez que se acaba un plato no vuelven a reponerlo.
Mi recomendación son los scons, la torta de arándanos, la tarta de jamón/​queso brie y el jugo de zanahoria/​manzana.
Una ultima cosa: si bien no es pet-​friendly en si, tienen mesas afuera para sentarse con los perritos y disfrutar de un buen café.

Divino el lugar. Me encanta que sea tan relajado y que busques tu comida en el cajero. Si bien las porciones son chicas, comí re bien con un sándwich de bondiola y una sopa de calabaza. Es ideal para un almuerzo lindo con un amigo y no es muy caro. Entre mi sopa y el sándwich (medio chico la verdad) pagué $ 75…pero esperaba pagar más. Por la calidad y frescura de la comida pagaría eso todos los días. Además, tienen ensaladas con ingredientes copados. Me hace recordar a un bistro francés pero con sabores italianos/​argentinos (sándwich de milanesa y arancini!).
Lo que sí, si vas a la hora de almuerzo se llena porque es un espacio muy chico (por lo menos el de Bulnes). Fui con una amiga y tuvimos que esperar unos minutos para que se desocupara una mesa.
Vuelvo pronto!

«Farinelli» te entra por los ojos. El pequeño local de Bulnes tiene una estética con destellos de Nueva York que te obliga a entrar. Y ahí están ellos, los «platos» del día, todos frescos, sencillos y sanos, ya listos para ser elegidos, sea para sentarse a comer o hacer take-​away.
Sandwiches, tartas, ensaladas, cous cous, pinchos, burratas, buñuelos o algún otro que te pueda tocar. Cada uno arma su propio plato y luego paga por el mix de cosas que eligió. Incluso se pueden seleccionar las frutas para que te hagan un jugo o licuado.
Los postres, exhibidos en la vidriera cual patisserie francesa, no pasan desaprecibidos: tarteletas de limón, cuadrados de maracuyá, torta húmeda de chocolate y otros, te invitan a que los pruebes con un Nespresso (espectacular) de postre.
Dato para fans: ofrecen servicio de catering.

Desde que abrió hace unos años se convirtió en una especie de cueva predilecta de la comida new age y gourmet-​donde una milanesas con papas fritas son el enemigo– fidelizando clientes que migraron unas cuadras desde locales como Dandy o incluso Tabac. Todavía es novedad y sin duda tiene con que.
El local es una caja de zapatos, mínimo pero con onda. La modalidad es distinta, entrás, haces tu pedido en el mostrador donde podes ver que elegir, y te lo llevan después a la mesa. Pagas en el momento o te acercas vos antes de irte. Suele ser un poco embarullado, mas que nada los mediodías que con cinco o seis personas frente al mostrador ya es un despelote.
La comida sale toda en versiones de muestra, o sea, escasa. Es como para armar un plato con dos o tres opciones, como una tarta o sándwich con ensalada y gazpacho, o salmón con más de un acompañamiento. Para los tamaños que manejan, roza precios salados.
En la instancia dulce, sea mañana, mediodía o tarde, todo lo que sacan de esa cocina es mil puntos. La torta de ricota con salsa de frutos rojos, los scons. las mini tarteletas de frutas, el cheescake de maracuyá, los brownies o el crumble de manzanas, todos deliciosos. Suelo pedir lagrima en todos lados porque la acidez hasta de un café con leche me quema el esófago, pero acá viene especialmente cremoso y tranquilo.

Todo casero es el adjetivo que le calza a Farinelli. Los chicos que trabajan en la cocina se encargan de cocinar día a día y servir todo lo hecho en las mesas divinas que tienen en el restaurant.
Es autoservice, cada uno agarra lo que vaya a comer. Desde tartitas, ensaladas, sanguches. Hasta el pan es caserito. El detalle es que cuando se termina la comida expuesta en las mesas, ya no hay mas nada. No es un servicio en el que pedís, te cocinan mientras tomas algo y te sirven a la mesa.
Elegís, te servís, pagás y vas a tu mesa. Para mi la especialidad del lugar es el sanguche de milanesa, con un pan casero riquísimo (sin conservantes ni nada) hecho en el día.
Se puede desayunar, almorzar y merendar. Cierra a las 20 horas. Otra especialidad es lo dulce, las tortas, tartitas, galletas, etcétera.
Las bebidas las pedís ahí, limonadas, gaseosas, té, aguas saborizadas, cafés. Tiende a tener un estilo de comida sana, made at home. Fuentes de frutas, budines, facturas, todo para servirse. Podes quedarte en sus mesas, adentro o afuera, o te lo podes llevar a tu casa o a la oficina en sus bolsitas de papel.
El ambiente es súper agradable y hogareño.