Calcio

El otro día fui con unos amigos a almorzar acá. Me encantó! La comida muy rica y la atención super cordial. El lugar es grande, pero tranquilo. Se puede conversar.
Probamos varios platos, entre ellos el pollo con hongos y papas al horno y los ravioles de calabaza con salsa 4 quesos. Estuvieron deliciosos!!! De postre pedimos helado con salsa de chocolate. Un manjar! Voy a volver seguro!!!

El lugar es cómodo e ideal para reunirse por trabajo. Pero no para comer. La comida es bastante floja. Sí para tomar un café o una gaseosa.

Calcio es un restaurante que sorprende por las porciones grandes a bajo precio, variedad y buena calidad de productos en una zona donde no deberia pasar esto, sobre todo lo de precios bajos.
La gran contra es que sumamente ruidoso.

Calcio es un lugar muy de barrio. Es un restaurant grande que parece ser uno de esos típicos restaurant porteños pizza/​café de la esquina, pero realmente creo que es un poco más. Si bien vende docenas de medialunas (caras), hacen platos relativamente ricos con porciones abundantes. No es ni casero ni gourmet, rara vez tengo quejas de la comida.
El menú es muy variado, cubriendo la mayoría de los antojos. Las empanadas de carne fritas son ricas y con el gran ojo de bife comen 2 hombres grandes o una familia entera. La ensalada cesar con pollo no es nada mala, pero tampoco es muy autentica — zafa. Pastas son normales con salsas normales. Nada wow pero se come bien. El mejor postre es la copa calcio que lleva crema americana, frutos del bosque, merengue. ¡Eso sí es bastante rico!
Los precios son bastante caros, pero no desorbitantes y tienen un menú de día mas barato para aquellos que se escapan de la oficina para almorzar. También tienen un menú combinando entrada, principal y postre para cualquier horario que es bastante accesible.
La ambientación es básica, algo moderna. Pero el mayor problema es el volumen. Entre que es un lugar de familia (muchos niños) y la cocina es abierta, en algunos momentos se hace difícil escuchar al que se encuentra del otro lado de la mesa. Además, la atención podría mejorar. La comida tarda mucho y los mozos suelen estar un poco distraídos y no dedican mucha atención (tal vez porque haya pocos mozos y muchas mesas).
Al final del día el lugar no es la gloria ni lo peor. Volvemos todo el tiempo por costumbre familiar. Si queres llevar a tu novia a algún lugar especial, no es el lugar para ir para nada. Si queres ir con tu flia numerosa, que nunca se pone de acuerdo en algo que quiere comer (uno quiere parrilla, otro pasta, otro no tiene idea), podría ser.

Calcio es uno de los reaturantes que formaban parte de la cadena 1816. En la esquina de 11 de Septiembre y Federico Lacroze, es una muy buena opcion, no solo para almuerzos y cenas, sino para reuniones con muy buenos desayunos o meriendas.
Los almuerzos ejecutivos son muy abundantes y deliciosos, a buenos precios.
El ambiente es agradable, con tonos oscuros, muy elegante. La atencion es de primera, los mozos simpre bien predispuestos, y la comida deliciosa, con un servicio de mesa que consiste en una panera de panes variados, uno mas rico que otro.
El menu es variado, por lo que satisface cualquier gusto

Todavía me sigue pareciendo llamativa la relación entre los bien que se come en este lugar y lo barato que es. Ubicado en pleno Belgrano (11 de septiembre y Federico Lacroze), Calcio ofrece una carta bien variada, que va desde pastas y pizza hasta asado. Al mediodía tienen dos o tres opciones de menú ejecutivo que incluye entrada (no dudes en pedir la empanada frita de carne), plato principal y postre. El precio de estos menús ronda los 60 pesos por persona. A la noche ofrecen un menú de pizza y pasta libres (las dos cosas juntas, no hace falta elegir entre una u otra) que es una bomba. Por sólo 80 pesos podés pedirte todas las pastas y pizzas que quieras, y la variedad es inmensa (hay hasta pizza de champignones con panceta). Otro ítem para destacar es la panera, que trae panes saborizados, grisines caseros y alguna crema de queso o especias del día. Ideal para quienes llegan con mucho hambre y no pueden esperar a la comida.
El lugar es bastante grande, luce muy elegante y es es apto para ir a comer con amigos, en familia o con tu pareja. Si está muy lleno, la atención de los mozos puede tornarse un poco lenta.